Dice que está en el proceso de volver a ser persona; en una fase de aproximación a la superficie terrestre. "Cuando termina Fimucité tardó unos días en normalizar mi vida. Estoy muy feliz con los resultados de esta edición, pero exhausto... Cada vez que acaba el festival me enfrento a una situación idéntica que me obliga a poner algo de distancia con todo lo que ha sucedido. Las sensaciones obligatoriamente tienen que ser positivas", declaró el compositor y director tinerfeño.

Navarro se siente recompensado con las muestras de admiración y cariño que almacenó durante la novena edición de Fimucité. "Los invitados se marcharon de la isla maravillados. Ahora entienden la magia de este festival", apostilló sobre las vivencias que facturaron el pasado fin de semana a sus respectivos países Bruce Broughton o Ludovic Bource. "Sabían que lo que hacíamos era muy importante, pero cuando esos comentarios se acompañan de los paisajes que han conocido durante su estancia en la Isla, de las experiencias que vivieron con los músicos de la Orquesta Sinfónica de Tenerife y el escenario tan majestuoso que es el Auditorio, todos, de una manera u otra, acaban diciendo que Fimucité es un ejemplo de buena organización", reveló el hombre que lidera una sala de máquinas que no rendiría con tanta efectividad sin la complicidad de un amplio equipo de colaboradores.

"La calidad de todas las personas que hacen posible Fimucité no se puede cuestionar", reivindicó un profesional que sostiene que "otra de nuestras prioridades era generar una estructura local óptima y eso se ha cubierto con todas las colaboraciones artísticas que pudo disfrutar el público. En ese sentido, hemos sabido incorporar nuevos talentos a un programa que cubrió las expectativas de los más tradicionales, los que buscan un programa más clásico, y los que quieren escuchar cosas más actuales", contó el impulsor de Fimucité 2015.

Sobre el concierto de clausura, el director santacrucero no quiso perder la oportunidad de agradecer la complicidad que hubo entre los artistas y el público. "El Auditorio se puso en pie en cuatro ocasiones y la emoción de ver los rostros de las personas que vibraron con las composiciones es bastante difícil de explicar. Eso sí, como todo en esta vida, siempre hay algo que se puede mejorar", manifestó en un instante de la conversación en el que inevitablemente apareció la próxima edición. "Para 2016 ya tenemos unas cuantas cosas interesantes en mente, pero no hay pistas... Tenemos que desconectar. Un evento de estas características siempre está trabajando porque, entre otros motivos, los espectadores quieren más. Por el momento, lo único que se puede decir es que intentaremos estar a la altura de las expectativas que se han ido creando en torno a un festival que cada año se enfrenta con éxito a nuevos retos", concluyó Diego Navarro.