Alcanzar la cuarta edición de un festival de danza contemporánea de la categoría de estos Cuadernos Escénicos y, sobre todo, mantenerlo vivo en un municipio situado en el vértice nordeste de la Isla, alejado de la capital, el centro cultural, representa un acto de heroísmo.

Una vez más, el movimiento ha hecho posible el sueño y así desde este viernes, día 24, hasta el domingo 26 de julio, la Villa de Garachico se hace danza con un festival que, como novedad, forma parte este año de la red nacional A cielo abierto, que engloba a los festivales de danza que se desarrollan en la calle o bien en espacios poco habituales.

El director artístico de esta cita, el bailarín y coreógrafo Roberto Torres, tiraba de memoria y recordaba cuando el cineasta David Baute le propuso asumir este reto artístico. "En principio me planteé que Garachico no disponía de teatros, pero en cambio sí contaba con unos espacios naturales únicos", una geografía de la que se confiesa enamorado y en la que siempre descubre "algo nuevo".

A partir de este concepto, la Villa se convierte en "un espacio para el encuentro, la reflexión, la participación ciudadana...", entiende Roberto Torres, que percibe esta propuesta como un elemento de "cohesión social" que ha sido capaz de ir construyendo una identidad donde se funden "el teatro, la música, la danza y el cine medioambiental" y que ya se asume como parte de la idiosincrasia que define al municipio y sus gentes. "Garachico es un hecho artístico", un espacio modelado por la furia desatada de la naturaleza volcánica, "un regalo para los sentidos".

Y en este escenario, el festival Cuadernos Escénicos "sigue dando pasos, girando, creciendo... Y cada año se enriquece un poco más", sostiene su director artístico, quien destaca de la programación en esta edición la mezcla entre compañías extranjeras (México e Irlanda), relevantes figuras del panorama nacional, caso de los canarios Daniel Abreu o Paula Quintana, y propuestas experimentales con proyectos que a nivel aficionado han ido generando los propios vecinos, además de fórmulas que desde la danza reflexionan sobre la discapacidad, junto al capítulo formativo que ofrecen distintos talleres.

El director insular de Cultura, José Luis Rivero, que se estrenaba en rueda de prensa con su nuevo cargo, valoró cómo "un pequeño gran festival" es capaz de dinamizar, y además alrededor de una disciplina tan compleja como la danza, "un núcleo alejado de la capital", la periferia en relación al centro que representa Santa Cruz, "involucrando a los ciudadanos".

El alcalde, José Heriberto González, destacó la apuesta por la cultura del equipo de gobierno que lidera y, para argumentarlo, explicó que durante su gestión "hemos multiplicado por seis el presupuesto dedicado a actividades culturales" y como consecuencia Garachico se ha convertido en "referente cultural del norte de la Isla".