Manifiesta una desbordante capacidad para construir historias y casi la misma celeridad para trasladarlas al papel en clave novelada; publica a un ritmo trepidante, como el discurso que marca en sus historias, y concibe la literatura de ficción como un recurso para el "entretenimiento". A quienes aseguran que sus libros no pueden considerarse verdaderas obras literarias les responde con la misma claridad que lo haría uno de sus personajes. "Allá ellos, esos que creen que la literatura es algo exclusivo de unos pocos elegidos. Que sigan en su Olimpo".

Mariano Gambín (Melilla, 1963) se maneja con seguridad, desde un lenguaje directo y sin adornos, acaso un rasgo de su condición de abogado, conocedor de la aceptación que alcanzan sus libros entre amplios y heterogéneos sectores.

Llega con su última obra de la mano, un "thriller" titulado "Atentado" que salió al mercado el pasado 1 de julio, y afirma que la acogida está siendo "muy buena", o eso al menos le dicen los libreros. Dos asesinos profesionales, un hallazgo arqueológico, un enigma por desentrañar... "He rescatado a cuatro personajes de obras anteriores" y de esta forma los ha revivido, aunque sostiene que no suele echar la vista atrás, ni se detiene a revisar sus publicaciones pasadas.

Quizá con su primer libro "Ira Dei" haya establecido una mayor relación de cercanía. "Como está incluido entre las lecturas obligatorias para los alumnos de 4º de la ESO, el trato es diferente". Esta obra ya ha alcanzado su sexta edición.

Por desgracia, explica, muchos lectores se lamentan de que sus novelas "apenas les duran tres días", literalmente las devoran, y por tanto deben permanecer a la espera de la publicación de nuevos títulos, circunstancia que casi lo "obliga" a mantener constantemente vivo el ritmo de su producción literaria.

No esconde Gambín que se siente "atrapado" por su estilo de narrar, por su carácter trepidante, y afirma que durante el proceso de creación todas y cada una de sus obras lo han mantenido "absorto", como si se tratara de un lector más, disfrutando de las historias y viviéndolas.

Cuando escribe explica que suele proponer determinados juegos, como el de mantener la incertidumbre interrumpiendo de manera intencionada "el desenlace en un momento de máxima tensión" y así potenciar el interés por continuar la lectura hasta despejar la incógnita.

Se alimenta de "thrillers", fundamentalmente de los norteamericanos, maestros en la literatura de suspense y con los que asegura que siempre aprende, como el caso de Douglas Preston y Lincoln Child, y entre sus preferencias incluye al español Juan Gómez Jurado, un especialista en cuanto a generar ambientes de intriga.

Ahora está centrado en un cuento infantil, titulado "Las aventuras de Nata y Eli y el talismán mágico", un registro alejado del tono de sus novelas.

Las editoriales editan tal cantidad de títulos que la promoción resulta imprescindible para llegar al mercado, supone "una ayuda imprescindible". Y aunque los sellos marcan sus estrategias, Gambín es de los que cree que "el verano es una buena época para el lanzamiento de un libro. Muchas personas dicen que esperan a las vacaciones para leer".

El facebook le sirve como herramienta para mantener un diálogo interactivo con sus lectores, aunque reconoce que requiere tiempo y atención constante y no siempre puede hacerlo, y el blog lo concibe como "un regalo a la fidelidad de mis seguidores".

Y, mientras, se entretiene escribiendo.

Mariano Gambín

Abogado, historiador y escritor