Manifiesta un espíritu inquieto, acaso herencia de sus cuarenta años en el oficio de periodista, como documentalista en RTVE desde 1974, tránsito del que sin embargo confiesa acabó "cansado".

Además de eso, Pablo Bethencourt (Santa Cruz de Tenerife, 1948) completa el perfil de su existencia como pianista, compositor, poeta y director de artes visuales. En el fondo es uno de los tantos hijos que amamantó la postguerra y un representante de ese valor cada vez más escaso y en peligro de extinción: el humanismo.

Hasta la fecha solo había publicado una obra, el poemario "Detrás de la bruma". Ahora añade a su currículum creativo el libro de relatos "Desde la oscuridad", con el subtítulo "Algunos cuentos cortos", que se presentó el pasado 23 de julio en la Sala MAC de la capital tinerfeña y antes, el 22 de junio, en Madrid.

El autor reconoce que hasta ahora su ejercicio de escritor se había orientado hacia "una literatura ambientada en la época medieval, con presencia de animales fantásticos y con incursiones en la realidad". Pero se planteó que había llegado el momento de cambiar de registro y de escenario, de espacio y de tiempo, "situando así mis narraciones en el presente y en historias cotidianas y mundanas".

En principio pensó que relatos inverosímiles o relatos no creíbles podían ser buenos títulos para este conjunto de narraciones, pero este "bautismo" terminó en "Desde la oscuridad. Algunos cuentos cortos", que Pablo Bethencourt define como "una piña de relatos sobre la realidad con la que vivimos a diario", donde se entrecruzan "ficción, humor negro, lo política, lo mágico...".

El escritor canario Sabas Martín, encargado de presentar la obra en Madrid, definió este conjunto de relatos bajo el concepto de "realismo fantástico", un traje que el autor considera ajustado y a medida.

Y aunque la música no representa el tema central de su estilo, sí representa "un recurso que me procura otra manera de acercarme a los personajes y de mantener una estructura narrativa".

Precisamente, el ritmo y sus cambios son esenciales, tanto en la música como en la literatura, una variable que se percibe en la diversa composición de los relatos. "En unos dominan los diálogos, frente a otros más descriptivos. Echo mano de los recursos musicales, más que de las fórmulas gramaticales", señala Bethencourt, quien en definitiva juega con la musicalidad en "un intento de alcanzar la belleza desde la sonoridad".

Quienes ya han leído este libro de relatos manifiestan "sorpresa, unos; otros se refieren al humor sarcástico". En el fondo, qué escritor no pretende atrapar al lector.

Pablo Bethencourt sostiene que no conoce "a ningún poeta que no se haya considerado o se considere maestro de otros".

A propósito concibe la poesía como "un arte para la declamación y para ser escuchada", por lo que el ágora, un escenario abierto y público, recrea la atmósfera apropiada".

Pablo Bethencourt es cofundador del grupo Retablo, junto a la actriz-recitadora, Mayte Domínguez, y Margarita Barreto, mezzo, violinista y directora de coro, y el violonchelista José María Mañero.

Como pianista y compositor tiene en su haber numerosos conciertos, tanto con el propio grupo o en apoyo a otras actividades por toda la geografía española