No resulta nada sencillo armar esta "cama" de Maná. Hasta las cuatro y media de la madrugada del martes permanecieron los operarios montando los diferentes elementos que el brazo de una monumental grúa, asomada desde el exterior del recinto deportivo, depositó sobre la estructura y que ahora coronan el imponente escenario levantado en el estadio Heliodoro Rodríguez López, el espacio donde la banda mexicana sonará en directo desde las 22:00 de este viernes.

Los cuatro enormes elementos sustentados reposan ya en su lugar preciso, afianzados con sus mariposas -ninguna de ellas traicionera como esa a la que canta el grupo en uno de sus temas-, y a falta de entoldar la cubierta, una tarea prevista para el día de ayer.

Lo cierto es que la actividad resulta frenética. No hay descanso. De hecho, ya se había comenzado a vestir la parte trasera, la que da la espalda a las gradas de General de Pie y Anfiteatro, y así, de manera acompasada y entre inevitables nervios, va tomando cuerpo un escenario que se levanta a la medida de sus intérpretes.

Porque esta "cama" exhibe unas proporciones fabulosas, con 22 metros de longitud en su parte frontal, diez de fondo y una altura de aproximadamente 20 metros hasta alcanzar su punto superior. Eso sin contar los añadidos en forma de dispositivos de luces, de sonido y efectos especiales.

No podía ser de otra manera. Esta "Cama Incendiada" es una gira que marca la reaparición de Maná en los escenarios tras una ausencia de cuatro años. Para muchos, una vuelta de tuerca, el regreso a su sonido más original, la recuperación de la frescura de los primeros tiempos.

El público va a encontrarse, entre otras imágenes, con unos enormes corazones en color rojo que asemejen vidrieras. Y como en cualquier espectáculo de la "factoría" Maná tendrán su especial protagonismo los momentos clásicos, con algún característico solo.

Quién sabe si alguno de los componentes del grupo se animará a establecer particulares "guiños" con los espectadores. Acaso hasta se atrevan a invitar a una joven del público a compartir escenario y canción con ellos, mientras se incendia la cama.

TRIBUNA

HERRADURA

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