El día que el maestro Alfred Hitchcock planificó que L.B. Jefferies (James Stewart) vigilara los movimientos del vecindario desde su apartamento ("La ventana indiscreta" / 1954) sabía que esa curiosidad iba a ser correspondida por la audiencia. Ese planteamiento, pero con una mirada hacia el interior, está muy presente en "No creas que la suite 801 es una habitación cualquiera", la exposición inaugurada anoche en la capital tinerfeña como resultado de una colaboración entre el hotel Silken Atlántida, el fotógrafo Alfonso Bravo y los diseños de iluminación y sonido proyectados por Alonso & Alonso.

Siete fotografías en color y de gran formato -con unas medidas de 1,40 x 1,10 metros- conforman este encargo. "Es una obra hecha a medida para este hotel", dijo el autor de las imágenes que ocupan el interior de la habitación 801. "No he querido crear el típico espacio expositivo, sino que las obras ocupen el lugar en el que normalmente se alojan los clientes del hotel, es decir, que sean los espectadores los que invadan ese escenario", puntualiza Bravo sobre una serie que se puede visitar a partir de hoy, y hasta el próximo 4 de octubre, de 13:00 a 22:00 horas. "Elegí una habitación en la que se arremolinan las vivencias de muchos huéspedes", incide el artista.

Tocada por una atmósfera especial -con un desarrollo de luces y sonidos personalizado- la puesta de largo de este proyecto generó mucha expectación. "Me interesa que las obras tengan vida y que se comporten si fueran un cliente del hotel; las fotografías no están colgadas sino que aparecen apoyadas en una pared, sobre una mesa o tumbada en la cama", desvela Bravo en relación a una visión que transmite un fuerte componente psicológico. "Es como si estuvieras mirando a través de la ranura de una puerta", acota el artista.

Gabriel Wolgeschaffen, director del Silken Atlántida, argumentó que "para nosotros un hotel es un concepto que va más allá de la idea de negocio. En este sentido, concebimos este lugar como un edificio con multitud de espacios, llenos de matices, de historias, de vivencias y que forma parte muy importante de la grandiosidad de las ciudades en las que se encuentran".

Wolgeschaffen reconoció que la "alianza" con Alfonso Bravo y los componentes de Alonso & Alonso fue casual, pero no así el resultado final. "Los tres nos encontramos en el camino, pero lo que apareció en torno a esta exposición va más allá del concepto tradicional", explicó. Y es que en "No creas que la suite 801 es una habitación cualquiera" el visitante puede experimentar la sensación de escuchar cómo un cuadro respira, sueña o, simplemente, descansa.

Alfonso Bravo

Fotógrafo