El Museo Thyssen-Bornemisza acoge desde el este martes 6 de octubre hasta el 17 de enero la exposición ''Edvard Munch. Arquetipos'', la primera retrospectiva que se realiza del pintor noruego en Madrid desde 1984.

Esta muestra, posible gracias a la colaboración del Museo Munch de Oslo, reúne una selección de 80 obras de este artista, considerado uno de los padres del arte moderno junto a Cézanne, Van Gogh y Gauguin, debido a su contribución a la formulación de la sensibilidad artística, además de símbolo universal de la angustia y la alienación del hombre moderno.

El director del Thyssen, Guillermo Solana, ha hecho referencia a la "velocidad avasalladora" con a que se ha ensalzado la reputación de Edvard Munch desde su muerte, en 1944, tal y como suele ocurrir en la "cultura de masas", que ha tenido como resultado "malentendidos".

"Se ha convertido en un prototipo de artista al borde del abismo, tal y como ocurrió con Van Gogh, y su obra se ha reducido a un asola imagen, que tiene el privilegio de haberse convertido en un emoticono", ha señalado Solana en referencia al archiconocido cuadro de ''El grito''.

"Lo más popular es lo que se difunde más y se vuelve más popular, y en ese círculo vicioso se concentra la fama del artista", ha señalado el director del Thyssen, quien advierte de que el espectador se pierde muchas cosas cuando se estereotipa a los artistas.

Algunas de las obras que se podrán ver en esta exposición son ''Atardecer'' (1988), ''Melancolía'' (1892), ''Madre e hija'' (1897), ''Agonía'' (1915), la versión en lápiz litográfico y tinta china de ''El grito'' (1895), ''La niña enferma'' (1939), ''Mujer'' (1925), ''Pubertad'' (1914-1916), ''Celos'' (1913), ''Asesinato'' (1906), ''Mujer vampiro en el bosque'' (1916-1918), ''El beso IV'' (1902), ''Bajo las estrellas'' (1900-1905), ''El artista y su modelo'' (1919-1921) o ''Desnudo femenino de rodillas'' (1919).

"ARTISTA LITERARIO"

Paloma Alarcó, comisaria de la exposición, ha añadido que en esta exposición huye del "eslogan" con el que se reivindicó solo su producción pictórica hasta que fue internado en un psiquiátrico. "No es cierto que su obra perdiera calidad a partir de ese momento", ha recalcado.

Asimismo, ha señalado que, mientras que durante el pasado siglo, en el momento en el que se valoraba el arte desde el punto de vista de la abstracción, recibió la "crítica peyorativa" por la que se le tildó como "artista literario", ahora se recupera esa etiqueta como un valor añadido.

La exposición que se podrá ver en el Thyssen a partir de este martes presenta dos aspectos latentes en la obra de Munch: la repetición temática y la experimentación técnica. Por un lado, el recurso de los mismos temas servía al artista como manera de aportar nuevos contenidos a las anteriores versiones. "El eterno retorno, el eterno presente, era una obsesión quizás por captar el tiempo", ha explicado.

Asimismo, en cuanto a la experimentación, Alarcó ha explicado que la técnica y el escenario elegidos contribuían al significado del cuatro. "El tratamiento era muy acuarelado y sintético en temas de amor, pero se volvía denso en pasiones oscuras y en temas cercanos a la muerte", ha señalado.

Por su parte, el director del Munch-museet, Stein Henrichsen, ha destacado que alrededor de 30.000 artículos relacionados con Munch aparecen en la prensa a diario, por lo que esta exposición tiene una "gran importancia".

Además, ha señalado que el museo contará con una sede cuatro veces mayor que abrirá sus puertas en 2019 y que estará próxima al río, en la que trabaja el arquitecto español Juan Herreros.