Ayer firmó discos en El Corte Inglés de la capital tinerfeña y participó en un Encuentro Dial -en el Búho Club de La Laguna- en el que promocionó algunos temas de "Quién me ha visto", el segundo álbum de la cantautora albaceteña Rozalén. "Nada de lo que estoy logrando estaba planificado", afirma cuando trata de explicar lo bien que está funcionando su nueva propuesta musical.

¿Esperaba que este álbum, que apenas tiene un par de semanas de vida, se moviera con un viento tan favorable?

Sabía que la gente tenía ganas de oírlo porque esa fue la impresión que capté en las redes sociales, pero no que fuera a acaparar tan buenas críticas y, sobre todo, que se vendiera con la facilidad con la que se está vendiendo.

¿Siente que esto es la confirmación después de la buena acogida que tuvo "Con derecho a"?

Hablar de confirmación artística es algo relativo que no parece estar acorde con los tiempos que corren. Mi percepción es que me lo voy a tener que seguir currando para vivir de esto; nada de lo que he logrado es eterno. La sensación que tengo en torno a las canciones de "Quién me ha visto" es igual a la de un estudiante que se ha pasado mucho tiempo estudiando y al final sacas una matrícula de honor.

De sus palabras se deduce que ninguna de esas conquistas estaba planificada.

En mis planes nunca estuvo convertir la música en mi oficio. Llevo dando conciertos desde los 16 años en escenarios modestos, pero yo soy psicóloga y pensé que mi futuro estaba ahí. Como esas expectativas no existían preferí ir paso a paso. Las canciones son las que me han traído hasta aquí. Lo bonito del arte es que las cosas que nacen de forma individual pueden llegar a tener un interés colectivo.

¿Al final las canciones acaban siendo "propiedad" del público?

Una vez han sido mostradas sí, pero cuando las estás creando no existe esa intención de provocar una reacción que haga que una persona acepte mejor o peor una letra. En mi caso, intento que la música que a mí me sirve sea útil para los demás.

¿Qué busca a la hora de componer?

Intento ser natural, es decir, hay música que escucho en la radio que no entiendo porque yo no soy así. En ese sentido, no entiendo el amor como algo que se lleva una vida por delante cuando llega el desengaño: procuro ser más realista. En este disco me he centrado en hablar de cosas de las que creo que debe hablar un cantante, pero de las que casi nadie habla. Me interesan las historias que están pasando ahora; sucesos que molestan a la mayoría de los ciudadanos. Mecano era un grupo, por ejemplo, que contaba cosas. Mi propósito siempre fue ponerle música a las vivencias más próximas. No quiero quedarme en lo que hacen todos, sino perseguir ese punto de realidad que me haga ser diferente al resto.

¿Para tener éxito en la canción de autor hay que ser crítico?

No sé si hay que hacerlo así o asá; lo único que tengo claro es que a mí sí me afectan las cosas que pasan alrededor de mi persona... Muchas veces recurro a las redes sociales para conocer qué piensa la gente que se interesa por lo que hago cuando trato un tema político o social. Entonces, en ocasiones leo mensajes que, más o menos, vienen a decir que no les importa lo que yo piense de un asunto. Eso me parece triste. No por el hecho de que compartan mis opiniones, sino por la ausencia de una crítica. Uno no puede posicionarse ante algo sin argumentar por qué lo hace. Las personas que disponemos de un micrófono para expresar opiniones de forma libre deberíamos ser más valientes a la hora de hablar en público. Yo lo intento, aunque no siempre guste.

Anoche volvió al Búho Club de La Laguna, un lugar en el que ha cantado en varias ocasiones, con otro registro artístico. ¿Y no le estoy hablando de los temas del nuevo disco, sino de toda la expectación que se genera en torno a sus conciertos?

Tener el aforo vendido genera tranquilidad. Eso es algo que va más allá de cualquier tipo de regla económica. Que la gente acuda a mis conciertos significa que el mensaje está llegando; que hay personas que se cree el contenido de mis canciones. Eso no significa que me haya olvidado de los días en los que iba de bar en bar sin saber si irían diez o tres personas a verme. Ahí era muy difícil planificar si sacaría lo suficiente para pagarme una noche en un hotel. Afortunadamente, eso ha cambiado.

Vea aquí la presentación del último álbum ("Quién me ha visto") de la artista albaceteña Rozalén.