Antes de que Pedro Pastor apareciera en el escenario. Mucho antes, incluso, de que Fito Cabrales se arrancara con las primeras estrofas de "Entre la espada y la pared", una queja sobrevolaba el Campo de Fútbol de Adeje. Prohibir el acceso a los menores generó un enorme malestar. "Nadie nos advirtió en el momento de comprar la entrada de que no pudieran entrar. Sí. De que tenían que venir acompañados por un adulto", señaló una madre ante el desconsuelo que le había ocasionado que su hijo no pudiera asistir a Fito & Fitipaldi. Unas 5.000 personas se dieron cita en un concierto con claras raíces rock. Eso sí, un rock and roll que no dudó en escorarse hacia otros géneros primos hermanos como el swing o el blues. "Después del naufragio", "Nada de nada" o "Lo que siempre quise hacer" sonaron con fuerza en una noche en la que resultó imposible no acordarse de "Me equivocaría otra vez" o "Por la boca vive el pez".

La penúltima cita del Festival Mar Abierto 2015 no se movió alrededor de los desorbitantes números que se manejaron el día que Juan Luis Guerra actuó en la misma superficie, pero sí que generó un ambiente salsero en las inmediaciones del Parque Marítimo de la capital tinerfeña. El tirón de El Gran Combo de Puerto Rico no es discutible, pero la cultura del todo gratis alimentó unas cuantas camarillas de botellón por fuera del recinto donde ya cantaba Moise González. El intérprete tinerfeño calentó el ambiente con unos cuantos temas del disco "Diferente". Su actuación se alargó hasta las 2150, instante en el que los músicos que dirige el maestro Rafael Ithier fueron ocupando sus puestos en un escenario esférico. La de ayer fue una noche salsera. Durante la actuación de los integrantes de la Universidad de la Salsa se dio un escoramiento hacia otras variantes latinas, pero la base de la fiesta fue la salsa. Fue una velada reservada para "Falsaria", "Un verano en Nueva York", "Azuquita pa'' el café" y, por supuesto, para "No hay cama pa'' tanta gente". Los chicos de Ithier demostraron el poder de una orquestación de gran envergadura que se fusionó con las voces de sus solistas. Paso a paso, El Gran Combo tiró de su amplio repertorio para dar forma a una actuación que cumplió con las espectativas de las más de tres mil personas que pasaron por taquilla, pero también los que se apuntaron a una fiesta "free" al ritmo de una formación mítica.