Cuando los responsables de las fundaciones CajaCanarias y Telesforo Bravo le encargaron el montaje de un documental sobre la figura de tan insigne humanista, David Baute asegura que sintió una enorme alegría, paralela a la de la responsabilidad. "Era una figura habitual de Garachico y siendo pequeño ya sentía admiración por su personalidad". No resulta casual, entonces, que uno de los premios del Festival Internacional de Cine Medioambiental (Ficmec), que conduce precisamente el cineasta garachiquense, lleve el nombre de este brillante científico.

La cinta que bajo el título "Telesforo Bravo: el hombre que hablaba con las piedras" se proyecta hoy, a las 20:00, en el Espacio Cultural CajaCanarias, supone un intento de mostrar al público los pasos y gestos de un científico que, como buen sabio renacentista, trascendió el campo de sus investigaciones geológicas para aventurarse en el conocimiento de la arqueología y la botánica del Archipiélago.

Ahora bien, este estreno cinematográfico encierra mucho de merecido homenaje a la trayectoria del naturalista y geólogo portuense, todo un referente en el plano intelectual y también en la dimensión personal.

David Baute considera una "irresponsabilidad" que no se haya proyectado en toda su dimensión la figura de este canario universal. "No llego a entender cómo las administraciones públicas han pasado por alto una personalidad de esta magnitud, además en unas islas gobernadas por un partido que se define como nacionalista, que supuestamente tendría que hacer bandera de esto, porque se percibe un trasfondo cultural importante que se ha dejado de lado".

En el caso de Telesforo Bravo, este director considera que debería entenderse como "una figura vertebral" en el currículo educativo y llama la atención de que no se haya atendido con el "exigible respeto que precisa".

Lo cierto es que han sido instituciones privadas, como CajaCanarias o la Fundación Telesforo Bravo, las que se han encargado de rescatar su figura.

"Cuando terminé el trabajo advertí que el metraje se había extendido a las dos horas y media, una circunstancia que hasta entonces nunca me había sucedido". Al pulirlo, se quedó en unos 80 minutos. Aún así, David Baute sostiene que se tocan "muy por encima" aquellos aspectos que han representado los hitos del trabajo y la vida de Telesforo Bravo, quien transitó por el mundo de la geología, las galerías de agua, los vertebrados...

Con todo sí le sorprendió a este cineasta que "se trataba de una persona que sabía mucho de todo", entendido desde la condición de los humanistas. "Tenía una visión del mundo y de las cuestiones referidas a la naturaleza en sentido global. Cuando hoy se apuesta tanto por la especialización, este intelectual insistía en que se debía contar con una visión más genérica y no tan exclusivista". De hecho estudió la carrera de Ciencias Naturales cuando no existían las especializaciones actuales.

El documental muestra a "una persona cercana y humana que en su trato, no ya con la familia, sino con sus compañeros de trabajo y con las instituciones, lo daba todo por enseñar", mostrando el carácter del auténtico magisterio. "Exponía lo que había conseguido con sus investigaciones y no se guardaba nada para sí", subraya Baute.

A su juicio estamos, sin duda, "ante uno de los naturalistas más importantes de la historia de Canarias", quien no obstante recibió numerosas críticas del mundo científico de la época, debido a su teoría de los deslizamientos gravitacionales, sobre el origen y la morfología de depresiones como Las Cañadas y los valles de La Orotava y Güímar.

Baute precisa que "cuando el protagonista del documental es una persona fallecida, el tratamiento resulta más complejo". Lo cierto es que, en este caso, los familiares han participado, convirtiéndose así en parte del equipo de trabajo. "Así, Jaime Coello, por ejemplo, hacía las entrevistas o Javier iterviene con la recreación de voces en off", señala el director, quien entiende como fundamental "el hecho de que sintieran que el documental formaba parte de ellos y que participaban no como meros entrevistados, sino con una cuota de decisión en el montaje".

Al final, todo lo que reunió de materiales y testimonios "fue posible gracias a que estaban volcados y comprometidos con la idea". Y de esa fusión entre lo profesional y técnico con lo humano resultó una combinación perfecta. Así hablaron las piedras.

David

Baute

director del documental