Después de cuatro años sin disco, Eva Amaral y Juan Aguirre, o, lo que es lo mismo, Amaral, vuelve y lo hace con "Nocturnal", un trabajo sobre las relaciones humanas y la búsqueda de un "equilibrio" en una época que describen en una entrevista como "extraña y cambiante".

"No tenemos muy claro cuál es nuestra seña de identidad. Obviamente tenemos una voz y una manera de cantar y de tocar la guitarra muy concreta, pero siempre nos ha costado etiquetarnos", explica Juan, que asegura que aunque en un principio pensaron que era un "hándicap", con el tiempo eso "ha resultado ser una virtud".

Para bien o para mal, dice, tienen su propio modo de hacer música, aunque no sean "muy conscientes" de cuál es, apostilla Eva que reconoce que cuando alguien le dice que una canción o un disco "suena a Amaral" no lo entiende. "No sé en qué consiste eso", sostiene.

Compuesto por catorce canciones, "Nocturnal" mantiene el amor como hilo conductor y lo usa como "tabla de salvación de un mundo cambiante que ofrece nuevos retos hasta ahora desconocidos", y no solo el amor en pareja, "sino el que implica ponernos en los zapatos del de enfrente", añade Eva.

"Ahora mismo tenemos herramientas que hacen que estemos más en contacto que nunca, y, a la vez, más alejados. Tenemos el reto, como sociedad, de humanizar las relaciones entre países, comunidades y ser capaces de entendernos y superar las diferencias", aclara.

Niegan que sea un disco de crítica, y lo definen como un conjunto de canciones que "contextualizan unas historias que le suceden a los seres humanos".

"Nos planteamos las canciones como si fueran un pequeño corto, y en el decorado puedes imaginar a qué época pertenecen", cuentan.

Una de ellas, "Noche de cuchillos", fue creada para un cortometraje real, "Otro corto con niños", en el año 2006, y nunca llegó a ser publicada porque estaba "incompleta" y han decidido hacerlo ahora, después de "jugar con ella" en muchos de sus conciertos.

"Misteriosas e infinitas son las leyes del azar, si pudieras elegir... ¿Cuál de ellas romperías?" dice la canción que da título al álbum, "Nocturnal", y que tiene mucho que ver con todo aquello que sucede y no se puede controlar, algo diferente al concepto de "incertidumbre" que envuelve al primer single del disco, "Llévame muy lejos".

El que es su séptimo álbum de estudio incluye la canción más lenta que han tocado nunca, "En el tiempo equivocado", y otras como "Lo que nos mantiene unidos", "500 vidas", "Cazador", "Nadie nos recordará", "La niebla", "Laberintos", "Chatarra" o "La ciudad maldita", una canción muy personal de Eva.

Ese tema está dedicado a su tía y al padre de esta, Francisco Bueno, fusilado en Calatayud "cuando se comenzó a fraguar el concepto de las dos Españas", una historia que conoció cuando era ya "mayor" y que nunca se hubiese imaginado que le hubiese ocurrido a quien considera una de las personas "con más alegría y brillo en la mirada" que ha conocido.

"Esta canción representa lo importante que es recordar y conocer nuestra historia y poder cerrar heridas que tenemos como sociedad", justifica Eva.

El tema "Obertura", introducción de la canción "Unas veces se gana y otras se pierde", completa un disco editado por su propio sello, Discos Antártida, y elaborado en los estudios "O Gato Negro" de Madrid, donde vivieron "un aprendizaje increíble".

"Ha sido como ir al cole y enfrentarte a un montón de cosas, como cuando te ponían un problema increíble de matemáticas que al día siguiente tenías que llevar resuelto", expone él.

A lo que Eva añade que ella ha intentado "hacer cosas que no tenía claro que pudiese hacer" y ha probado nuevas tesituras para expandir un poco más su espectro.