Si veinte años no es nada, o eso dice la canción, echar un vistazo a la década que cumple el Festival Internacional de Cine Documental MiradasDoc de Guía de Isora representa para su director, Alejandro Krawietz, "un tiempo significativo, capaz de marcar una trayectoria y consolidar una manera de ver las cosas".

A su juicio, la cita proyecta "madurez", además de representar "una escuela y un aprendizaje" que va señalando las posibilidades para dar saltos cualitativos y de experimentar nuevas búsquedas.

De esos pasos hacia adelante, Krawietz destaca cómo desde un principio "hemos puesto el énfasis en los contenidos y nunca en los envoltorios, conformando un territorio de diálogo y de intercambio". Y subraya que, de algún modo, esto suponía "ir contracorriente, pero conscientes de que el cine de realidad o documental se estaba posicionando como una herramienta imprescindible para entender el mundo". Tanto es así que, apoyado en un discurso propio, poner el acento en este género representaba "la cristalización de un proyecto en el que, de cara al público y la crítica, suceden cosas", precisa el director del festival.

Pero el guion no ha resultado fácil de escribir. Desde 2006 ya se atisbaba que el camino transitado por la sociedad occidental capitalista "conducía hacia una crisis". Desde entonces se han ido sucediendo "episodios importantes y ahí ha estado presente el cine documental para contarlos, prácticamente sin intermediación", porque entre el espectador que acude a la sala y los protagonistas solo está presente la cámara.

En MiradasDoc ese sistema de "adecuación" o maquillaje desaparece y lo que queda es una imagen directa de lo que ocurre, "de manera que un iraní, un afgano o un burkinés no resultan tan alejados de los problemas de un occidental; formamos parte de una misma tribu. Cuando nuestro público visiona esas historias le producen una empatía y generan reflexión, les sacude las conciencias... Es una de las grandes fortalezas del festival".

Lo esencial de esta cita descansa, a juicio de Krawietz, en la selección para concurso. "Cada año hay entre 50 y 60 películas que son verdaderas joyas del cine documental, que proponen y aportan elementos importantes al lenguaje documental". A propósito sostiene que "la cuestión básica está no solo en qué se cuenta, sino en cómo se cuenta" y el documental supone "un territorio abierto a la experimentación, en el que el creador tiene más libertad que en la ficción, y el espectador así lo percibe".

Un festival supone un ejercicio casi constante, al que se llega después de un laborioso trabajo previo y una densa programación.

En cuanto a las actividades paralelas explica Krawietz que, apoyados en el fundamento de los contenidos, "surgen por sí mismas. Este año tenemos una gran película sobre la eutanasia; otra sobre Chernobil; la que trata de la homosexualidad y el travestismo en Cabo Verde; una visión de Haití tras el terremoto... Temas llenos de vitalidad y cargados de preguntas".

A punto de terminar el metraje y sobre la manera de enfocar el futuro, el director admite que MiradasDoc tuvo hasta 2011 "una vida muy potente" y a partir de ahí "la crisis nos golpeó". Pero insiste en que llegan hasta aquí manteniendo vivo el festival. "Y quiero pensar que vamos a tener la oportunidad de continuar nuestra tarea tal cual la imaginamos". Sin ficciones.

Alejandro Krawietz

DIRECTOR DE MIRADASDOC

Premio a Montxo Armendáriz

La gala inaugural de la X edición de MiradasDoc se celebra esta noche, a partir de las 20:00 horas en el Auditorio de Guía de Isora. En primer lugar se hará entrega del premio Mirada Personal a Montxo Armendáriz, como reconocimiento a la trayectoria del autor de películas como "Tasio", "Secretos del corazón" o "Cartas de Alou".

Película de apertura

La gran protagonista de la noche será la película de apertura de esta décima edición, en este caso el documental hispano-argentino "Un aplauso al que vive", cinta que es obra de Florencia Inés González.

Concierto Guía Identidad

En la plaza del Centro Cultural de Guía Casco tendrá lugar a las 22:00 horas un concierto a cargo del músico Jonny Acosta.