Raúl de la Fuente (Pamplona, 1974) se describe como un europeo de nacimiento que se siente latinoamericano y africano. Por eso resulta fácil entender que sus películas tengan que ver con historias humanas de esos continentes.

De la Fuente llega al Festival Internacional y Mercado de Cine Documental de Guía de Isora, MiradasDoc, con la cinta "Yo soy Haití", un retrato honesto y personal de un país arrasado, visto desde las vidas cotidianas de un puñado de personajes. No ese trata de cine de denuncia, aclara el director, sino "historias de gente real, que debe luchar para salir adelante, que vive en condiciones extremas".

¿Cómo surgió este documental?

Escogimos Haití porque lo conocía de una filmación anterior; fue un rodaje breve, pero me había fascinado el país. En este proyecto lo que queríamos era meternos hasta las entrañas de la sociedad haitiana, tratar de realizar un documental que pareciera realizado por un haitiano. Decidimos pasar un tiempo largo en el país, dos meses, prácticamente sin salir de Puerto Príncipe, y establecer relaciones personales fuertes con los protagonistas, que estaban por encontrar. Empezamos a movernos por los barrios más precarios de la capital, pero sin cámara y con el apoyo de gente que conocíamos, para identificar historias de vida hasta que elegimos aquellas que podían dar pie a la película.

¿Fue difícil dar con esos personajes?

Teníamos contactos con haitianos y también con una buena amiga española que vive desde hace diez años en el país. Esa fue la clave para conocer a esas personas y ganarnos su confianza. Lo que me gusta de esta película es su cercanía, ese planteamiento muy sensorial, porque estábamos muy pegados, casi sudando juntos; se nota que no hay filtros. Eso es algo muy difícil de lograr porque ellos rechazan bastante al blanco, lo asocian con poder, dinero, imposiciones... Y con voyerismo, porque cuando el terremoto de 2010 toda la prensa internacional estaba allí filmando la miseria, la muerte, las mutilaciones; en fin, a la gente en su peor estado. Por eso para ellos una cámara y un blanco es algo que rechazan. Cuando salíamos de nuestra zona de control a veces éramos increpados. Era un momento incómodo y complejo porque yo estaba tratando de hacer un relato maravilloso del pueblo haitiano y ellos supongo que consideraban que estaba allí para narrar sus miserias. Te sientes un intruso, pero a la vez estás convencido de que lo que haces vale la pena.

Su filmografía siempre aborda temas "del Sur", de los mundos más humildes. ¿Por qué?

Es un magnetismo innato el que tengo con América Latina y también con África. Supongo que a mí me gustaría haber nacido y haber crecido allí, porque es donde me siento bien, donde encuentro las historias que realmente me emocionan, me motivan o me sorprenden. Soy europeo, supongo que por nacimiento, pero creo que mi corazón es más latinoamericano o africano. Mi sueño siempre fue viajar a América Latina y mi primer destino, Cuba, donde ya entonces me sentí como en casa, el lugar donde realmente quería estar: las luces, las miradas, las calles llenas de niños, la gente, el ruido, el caos... Es donde me siento cómodo y me parece que es el espacio donde encuentro historias que me atrapan, como el caso de la película "Minerita" (que participó en MiradasDoc 2013 y está preseleccionada para los Oscar de 2016). Lo que hago es seguir el deseo que nace en mí.

¿En algún momento de su carrera tuvo que decidir entre documental o ficción?

No hubo opción. Estaba claro que era esto lo que me gustaba. Solo quería filmar este tipo de historias con gente real, con gente que tiene que luchar para salir adelante, que vive en condiciones extremas, con los perdedores, los que sufren injusticias, aunque no creo que sea un cine de denuncia. Lo que me gusta es compartir con esta gente y sentirme libre.

Algunos teóricos y críticos que han visitado MiradasDoc consideran que el documental no es en sentido estricto cine de realidad. ¿Está de acuerdo?

Bueno, en el fondo lo que yo hago es ficción, ficción basada en hechos reales. Mis obras tienen un componente subjetivo, parcial, poco documental, mucho de ficción, que es mi mirada subjetiva. Yo no pretendo decir que esto es así o asá: llego a un sitio, me documento, leo, trabajo en preproducción, me empapo, escucho y de repente actúo. Mis obras son una ventana a la realidad, pero no considero que lo que estoy contando sea la realidad, sino que se inspira en esa realidad. De esta película me han dicho que parece hecha por un haitiano, y estoy encantado con esa afirmación, pero igualmente entiendo que es una mirada parcial, la mirada legítima y honesta de un europeo. Es como un poema; no se trata de un trabajo notarial ni un reportaje para las noticias. Es una mirada personal, hasta onírica en algunos casos.

PROGRAMA MARTES, 3

De novedad el inicio de las actividades de formación con EnseñanDoc, talleres y muestras. SALA 1 "Bailando con María"

Ivan Gergolet/ Italia

"When I Get home"

Aldemar Matías/ Cuba

"Y el amor se fue volviendo cada día más distante"

Alexander de Moraes / Brasil

"Naufragio" Morgan Knibbe/ Holanda

"Arroz cantonés" Mia Ma/ Francia

"Hogar 28" Alejandro Cabrera Pérez/ España

"Yo soy Haití" Raúl de la Fuente/ Haití

"Manteniendo el equilibrio" Bernhard Wenger/ Austria

"La ciudadela" Rubén Guzmán/ Argentina

SALA 2 "Lorenza, la radio y tú"

Roya Eshragi/ Cuba

"Los años de Fierro"

Santiago Esteinou/ México

"El ojo de Macondo" Andrés Sandoval/ Colombia

EL MUNDO EN CORTO

"Los niños de Darfur"

Camilia Nielsson/ Dinamarca

"Primer corte (Rough cut)"

Firouzeh Khosrovani/ Irán

"El cuarto oscuro"

Grupo El Cuarto Oscuro/ Argentina

"Una historia para los Modlin"

Sergio Oksman/ España

"Muski Film"

Neboj?a Slijepcevic/ Croacia

"Almaz" Victor Asliuk/ Bielorrusia

"Una visita"

Matej Bobrik/ Polonia

"Animalísimo"

Joanot Cortès/ España, Mauritania y Guinea Ecuatorial

"El mundo de Raúl"

Jessica Rodríguez, Zoe Miranda

Cuba