Sigue los movimientos de su doble, una auténtica calcomanía humana del actor nacido en Melbourne, apoyado en una vieja construcción derruida y sin perder de vista las indicaciones de Ron Howard. En su mano derecha sostiene un vaso de plástico con café recién hecho que le acaba de entregar su esposa, una Elsa Pataky embarazadísima que asistió casi todos los días al rodaje gomero de "En el corazón del mar". Chris Hemsworth desprende amabilidad, cercanía y cierto desconsuelo. "Si sé que aquí existen estas playas, me hubiera traído la tabla de surf", manifiesta antes de conceder una entrevista que se desarrolla antes de sufrir un pequeño percance marinero con un catamarán -el 112 gestionó una alerta que informaba del encallamiento del "Macano Quinto" en una zona conocida como "El bufadero"- alquilado para disfrutar de un día de navegación en compañía de su familia y unos amigos por el litoral de Playa Santiago. "Canarias aún conserva una naturaleza salvaje", destaca el australiano respecto al entorno que se encontró durante su estancia en el Archipiélago en el otoño de 2013.

Usted ya compartió con Ron Howard la experiencia de "Rush", una película con la que se han creado ciertas comparaciones con "In the Heart of the Sea". ¿Realmente hay esas conexiones?

Existen ciertas similitudes en la competitividad que exhiben los actores, pero nada más... En esta película mi papel es más agresivo porque, entre otros motivos, procede de un entorno familiar difícil e inicialmente su reto es la lucha que va a mantener con una criatura gigantesca.

¿Cree que los espectadores encontrarán nexos de unión con la versión de John Huston?

Todos hemos tenido un familiar que en algún instante de nuestra infancia nos habló de Moby Dick... En mi casa también había una edición de "In the Heart of the Sea", aunque debo reconocer que es un libro que aún no he leído. La versión de Huston es una ficción de la realidad. Esta película, en cambio, graba la realidad de la novela, no la ficción. En el guion se reproducen los testimonios de los marineros que participaron en esas misiones suicidas.

¿Y cómo valora la evolución de su personaje (Owen Chase)?

En el arranque de la acción su única ambición es dominar a la bestia aunque para ello tenga que ir hasta el fin del mundo, pero a lo largo del viaje se produce una transformación casi espiritual que reforzará el liderazgo de Chase ante sus compañeros. La evolución es tan radical que se crea una situación de respeto por parte del marino hacia el que había señalado como su gran enemigo.

¿El espectador percibirá ese pulso tan dramático?

La historia oscila en torno a la importancia que tuvo la industria ballenera como motor económico; describe el drama de no saber si después de tres años embarcado tendrá la posibilidad de regresar a casa. El amor es el hilo conductor para intentar volver a reunirse con los suyos, pero ir a cazar ballenas era tan peligroso como acudir a una guerra.

¿Hasta qué punto se involucra con el marinero del "Essex"?

Yo no puedo impedir que una parte de mí quiera meterse en el papel que voy a interpretar. Ahí existe una combinación de las dos personalidades que a mí me gusta estudiar e investigar cuando recibo el guion.

¿Y que ha descubierto durante su experiencia en La Gomera?

Me ha sorprendido la belleza de su medioambiente, sus pueblos, lo dócil que es su mar y, sobre todo, las pocas embarcaciones que lo ocupan. Lógicamente, esa tranquilidad era necesaria para el rodaje. Canarias aún conserva una naturaleza salvaje que llama mucho mi atención.

¿Qué le aporta trabajar con Ron Howard?

Ron es uno de los directores más creativos y generosos con los que he trabajado. Tiene una energía increíble para resolver los problemas que se dan en los rodajes... Es importante elegir con qué director quieres pasar tres o cuatro meses de tu vida (sonríe).