La educación representa una herramienta formativa de extraordinario calado, solo basta percibir cómo se ha utilizado y continúa utilizándose con el propósito de conformar y modelar mentalidades.

Con ocasión de la celebración ayer, día 2 de agosto, del decimosexto aniversario de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, la exposición de la historia y sus tiempos pareció volver a repetir antiguos tics.

Lo cierto es que la escenificación a cargo de los actores y actrices de la compañía Burka Teatro del libreto "En busca del fondo corso", que se viene representando desde el pasado lunes y "echa el telón" mañana, viernes, en tres sesiones diarias a las 11:00, 16:30 y 18:30 horas, responde a un concepto "teatral"; el contenido del relato dirigido por el historiador Néstor Verona, que hace las veces de narrador, representa una exposición del patrimonio desde la perspectiva del poder, desde la exaltación de los grandes edificios civiles y religiosos, con un protagonismo casi exclusivo de las familias representantes de una sociedad estamental y el silencio y la invisibilidad de las clases populares, del común, personificadas en dos prostitutas que agasajaban a quienes acudían a la mancebía.

A partir de un registro historicista muy de moda en literatura y en las series televisivas, con una mezcla acompasada entre la realidad y la ficción, la ruta da comienzo en la ermita de San Miguel, sede del primer Cabildo de la Isla, donde del propio Adelantado Alonso Fernández de Lugo ajusticia por su mano a un escribiente, rebanándole el pescuezo, tras recibir la noticia de la muerte de Isabel La Católica, un inicio propio de novela negra.

En adelante, y por espacio de poco más de una hora y media, el casi centenar de personas que convocó ayer la ruta de las once de la mañana, en la que se contaban dos grupos de estudiantes de 4º y 2º de la ESO del Instituto Barranco de Las Lajas (Tacoronte) y Mayorazgo (La Orotava), además de matrimonios de edad; una profesora jubilada; vecinos llamados por el interés histórico y visitantes adheridos, siguieron el hilo discursivo de una historia que tras la sangre derramada en la ermita transitó hacia la Casa Anchieta, Palacio de Nava, patio trasero de la Casa de los Capitanes, la Casa Lercaro, el antiguo Hospital de Dolores y concluyó, entre estertores con la muerte del corsario Amaro Pargo a las puertas del convento de Santa Catalina, antes de desvelar el lugar donde se encontraba oculto el codiciado tesoro llamado Fondo del corso.

Las intrigas y pugnas cortesanas trasladadas al territorio recién conquistado; la tortura en la figura de un delator del Santo Oficio, enviado desde Gran Canaria; la presencia de piratas en aguas de las Islas, atraídos por el floreciente comercio con América; los brillantes duelos a espada; el lucrativo negocio del comercio de esclavos...

Historia en clave "tragicómica".