Marwan es el cantante de las interrogantes. De las interrogantes que incluye en las letras de sus canciones y las mismas interrogantes que maduran en cuanto suceden cosas como las que anoche vivieron los espectadores que acudieron al Paraninfo de la Universidad de La Laguna para vivir en directo su enésimo concierto en Aguere. Los que no lo conocían, los que fueron "engañados" al espacio universitario, seguro que a la tercera canción ya se estaban preguntando ¿dónde estaba metido este tío que yo no lo había escuchado antes? Los otros, su fiel legión de seguidores, no salieron decepcionados tras un cara a cara que se demoró los minutos que permaneció Ari Jiménez sobre el escenario. No fue el único aliado que encontró Marwan en la Ciudad de los Adelantados. Luis Quintana, músico que el madrileño tiene entre sus colaboradores favoritos, también sumó su talento a una velada exitosa.

La duda de si iba a llenar el Paraninfo quedó despejada mucho antes de que sonaran "Un día de estos", "Cosas pendientes" o "Sueños sencillos". Hubo lleno. Esa interrogante hace tiempo que no obsesiona a Marwan. El cantante y poeta que regresa a Tenerife aparentemente aún no es víctima de esa fuerza centrífuga que le ha llevado en poco tiempo a multiplicar por 10, 20 o 30 el número de clientes que siguieron sus primeros pasos en el Búho Club. Preguntas. Cuestiones que aparecen en las composiciones de un creador que ha ensanchado su perímetro de acción tirando de la palabra; de versos que cincela sobre un papel a la espera de decidir qué salida le ofrece: un libro o un pentagrama en el que colgar historias de carne y hueso. Líneas rectas que se pueden confundir con las cuerdas de un cuadrilátero al que tendrá que subirse de nuevo mañana, aunque esta vez sea en el Aguere Espacio Cultural, para iniciar un segundo asalto. ¿Será un concierto diferente?