Después de haber mantenido con esta historia una convivencia de 20 años , un buen día decidió que había llegado el momento de compartirla, hacerla pública, un paso que según explica siempre le cuesta dar. Y nada tiene que ver con el rechazo al gesto desprendido, esa renuncia que representa la entrega de la obra a los demás, sino más bien con una actitud que se ha convertido para ella en necesidad: pulir el significado y la esencia de hasta la última palabra. Un desafío insalvable y sin embargo latente en el acto creativo, que entronca con el inconformismo vital.

Elena Villamandos González (Santa Cruz de Tenerife, 1971) acoge amorosa entre sus manos "Pasajeros del tiempo" (2014), la última de sus publicaciones, mientras mantiene en estado de "reposo" una novela que escribió en 2011 y aguarda paciente su momento. "Si una historia no me suelta es que debe ser buena", concluye la escritora, ahora sumergida en un tercer relato que le bulle entre los dedos.

Dos hermanas, una enemistad, un amor truncado para siempre, una enfermedad, una muerte y un secreto inconfesable son las claves que figuran en la sinopsis de "Pasajeros del tiempo", una obra que transita por espacios de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas, entre la década de los 50 y el año 90 del pasado siglo, instante en el que se abre el relato con el fallecimiento de la madre, un hecho que abre la "caja de Pandora" y provoca la catarsis.

Los recursos del "flash back", la voz en primera y tercera personas, las idas y vueltas que da la vida, procuran a esta narradora "la posibilidad de recorrer la historia de una familia mostrando las diferentes etapas del ser humano: la infancia, la madurez y la vejez".

Y en ese constante, pero sin embargo estructurado retroceder y avanzar, Elena hurga en las heridas; muestra contradicciones; alumbra sordidez, pobreza, indigencia.., si bien más allá de la imagen descarnada que proyecta se considera, sobre todo, una realista: "Mi mirada es así, muy detallista". Y sostiene que "cuando desarrollas un trabajo de introspección, los pequeños detalles te muestran muchas cosas, ya sean los gestos, el punto donde una persona fija la mirada, los silencios...".

Esta creadora entiende que exista quien no se atreva a retratar los cuartos trasteros de la sociedad, esos lugares donde esconden secretos y se amontonan miedos y miserias. "Por desgracia la situación de los abusos sexuales está presente en nuestra sociedad", explica Elena, que subraya cómo en la década de los 50 y los 60 del pasado siglo eran habituales estas prácticas, que permanecían "silenciadas y normalizadas".

Y son los propios personajes de "Pasajeros del tiempo", perfectamente señalados, ciertos y reconocibles en sus perfiles, quienes se encargan de asomar a la luz toda esa oscura realidad que suele permanecer oculta. Teresa y Loreto, las dos hermanas, con su "equipaje" de dolor y amargura, condenadas a un ambiente empobrecido y opresivo junto a su padre y tíos, entre maltratos, abusos, alcoholismo, drogas... Y Lorenzo, un "calzonazos" incapaz de madurar que deambula sin sentido final.

La historia es de las que provoca escalofríos, toca la fibra, obliga a convocar a la conciencia y a preguntarse.

Autor:

Elena Villamandos González.

Título:

"Pasajeros del tiempo".

Editorial:

Seleer.