En plena promoción de "Akústika", el álbum con el que la extremeña Soraya (1982) celebra diez años de su estreno musical, se acaba de activar una polémica en torno a la presencia de Barei con el tema "Say Yai!" en el próximo festival de Eurovisión (14 de mayo). Debate en el que entró la RAE y que encontró respuesta en la exconcursante de "Operación Triunfo". "Supongo que hay cuestiones más importantes que debatir en la RAE", manifestó antes de iniciar una entrevista que nace sin confirmar sus próximos conciertos en Canarias.

¿Qué sensaciones le transmite "Akústika"?

Son muy buenas. Llevaba cuatro años, cuatro ya, detrás de un álbum de estas características. El décimo aniversario se convirtió en la excusa para sacar un proyecto de estas dimensiones. "Akústika" viene con un doble cd-dvd con una hora y cuarenta minutos de concierto en riguroso directo. No se tocó nada en postproducción, es decir, lo que sonó aquel día es lo que ha salido. Es un trabajo en el que participaron 13 músicos y un coro gospel.

¿Valió la pena esa espera de cuatro años?

Los buenos y malos momentos forman parte de un proceso creativo. Si todo esto fuera tan fácil, absolutamente nada de lo que hice, hago y pienso seguir haciendo en el futuro tendría sentido. En diez años de carrera hay varios altibajos, pero eso algo normal. Las consecuencias de lo bueno y lo malo que me ocurrió en este tiempo se juntan en una sola trayectoria y en mi caso no tengo motivos para el arrepentimiento.

Diez años en activo es un sinónimo de estabilidad, ¿no?

Eso es lo más complicado. Dar con esa estabilidad en un ciclo tan inestable para la música como este es una tarea difícil de completar.

¿Sobre todo, cuando se realiza una apuesta por el género musical que en España se sigue viendo como un extraño?

Era lo más complicado. Para algunos puede ser fácil, pero no lo es. Lo más sencillo era meterse en la rueda de lo que funciona, pero si lo haces mal el tiro te puede salir por la culata... Está claro que el proyecto se podía haber ido al traste porque la escena dance en España es muy purista y no es sencillo dar tus primeros pasos en ella, pero yo encontré buenas señales desde el principio. Mi "look" y la manera en la que me expreso sobre los escenarios ayudaron en ese proceso de adaptación. Ahora estoy sacando "Akústika" porque considero que una artista no debe ponerse límites. Mi intención es seguir experimentando en distintos planos musicales y que sea el público el que me juzgue.

¿Usted no quiere una de esas etiquetas son para siempre?

Yo aún tengo que testearme porque mi carrera se inició hace 10 años, pero antes no había cantado... Llevo una década almacenando sensaciones que son nuevas en mi vida... Eso sí, la que canta, canta en una pista de baile y también canta en un teatro. Tengo la certeza de que todavía hay muchas posibilidades de mostrarme y de reinventarme ante públicos diferentes.

¿Eso suena a rebajar un poco la velocidad de su trayectoria?

Quitarle velocidad a mi carrera no, pero sí voy a valorar mucho más dónde quiero estar en cada instante. Yo, como todos, tengo que adaptar mi vida a las circunstancias del momento, a la edad, a las energías (sonríe)... No prometo que a los 50 años vaya a seguir marcándome los bailes que ahora me marco en una pista de baile, pero haciendo música disco para que bailen otros sí... Intentaré adaptarme a las influencias que marque cada ciclo sin perder mi sello personal.

¿Sus preferencias a la hora de recurrir a unas reglas anglosajonas siguen inamovibles?

Es la música que escuchaba de pequeña y de la que soy fan... Me siento como pez en el agua en ese estilo musical, pero también hoy en día se hace dance con elementos que definen a la música negra... Lo que sí tengo claro es que no me van a ver cantando un tema de flamenco o de "heavy". En los últimos años he probado con sonoridades de los años 70 y 80, pero también he cantado cosas algo más contemporáneas. No me asusta innovar.

Hace unos días leí unas declaraciones suyas en las que opinaba de la candidatura que España va a mandar a Eurovisión 2016. Dijo que la RAE debería estar más preocupada por otros temas de mayor calado.

Como eurofans, también como exrepresentante de España en Eurovisión, lo que me interesa es que se hable mucho y bien del candidato que vamos a mandar a Suecia. Tengo claro es que si llevamos 20 años mandado canciones en español y no funciona, igual lo que hay que hacer es cambiar la fórmula. Más allá de lo que pueda decir o no la RAE, lo que sí nos deja en mal lugar es que no barajemos esa posibilidad... Dice bastante poco de España que nos neguemos a mandar un tema en inglés a Eurovisión. Es el idioma que más se habla y se entiende en todo el mundo y, por lo tanto, un país tan cosmopolita como este no debería caer en esos posicionamientos tan cerrados.

¿Pero algunos cervantistas consideran que era una buena oportunidad para festejar el cuarto aniversario de la muerte de un escritor tan ilustre?

Claro... Lo de aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, ¿no? A Eurovisión se va a cantar, no a recitar poemas. Es un festival musical y lo que hay que valorar es una buena canción, una melodía que llame la atención y una puesta en escena llamativa. La música llega al público por la melodía, no por la letra. Eso es un extra. Le voy a poner un ejemplo. Mi padre no sabe ni una sola palabra de inglés, pero él sí que sentía a Dire Straits o Police. ¡Qué chorrada me cuentan sobre sensibilidades y música en español! La música buena no entiende de barreras idiomáticas.

¿Su participación de 2009 cambió su vida?

Supuso el punto más álgido a la hora de replanteame mi carrera. A partir de aquella participación aprendí a decir que no. Cuando me preguntó antes si me arrepentía de algo le contesté que no, que ni siquiera aquel batacazo fue malo. Yo necesitaba el golpe que me di en Eurovisión para resurgir como cantante. Si hay que aprender de las caídas que sufrimos a lo largo de la vida, yo estoy dispuesta a vengan unas pocas más como esa.