Si bien reconoce que siempre ha mantenido una relación " muy cercana y estrecha" con la fotografía, el director de cine y productor José Ángel Alayón Dévora (Tenerife, 1980) admite que fue con ocasión del rodaje de "Tout le monde aime le bord de la mer" ("Todo el mundo ama a la orilla del mar") cuando, por primera vez, se sintió realmente metido en el papel y vivió en primera persona esa sucesión encadenada de sensaciones que pueda llegar a experimentar un director de fotografía.

Tras su "premiere" internacional en el prestigioso Festival de Cine de Rotterdam, este corto documental -única cinta española participante en la sección oficial de este certamen- resultó nominado por el jurado para estar presente en la categoría de cortos en los próximos Premios del Cine Europeo, que se consideran los Oscar del cine continental.

Este trabajo, producido por El Viaje Films (empresa de la que es fundador Alayón), tuvo en el rol de directora a la debutante Keina Espiñeira, con guion y montaje del tinerfeño Samuel M. Delgado, Raúl Pocho en el sonido y el citado Alayón en el "plano" de la fotografía, quien perfila con su voz la imagen apasionada de un novel, desde esa impresión del mundo visto a través de una lente hasta las diferentes percepciones y estados de ánimo que provoca la intensidad de la luz.

Sostiene Alayón haber aceptado la labor "con mucho interés", cautivado por lo que representan las pulsiones de la cámara, algo así como sus latidos, con la libertad de elección del encuadre, la magia del plano... "Y esa manera de sentir el espacio", subraya.

El cineasta descubre el hecho de que "te vas metiendo poco a poco en la imagen", algo así como ingresar en otra dimensión, y vives una especie de metamorfosis que te lleva a convertirte en una prolongación de la propia cámara. Es entonces cuando, "sin apenas darte cuenta, caes en un estado casi hipnótico", explica.

Eso sí, en buena medida dice que le resultó posible alcanzar ese nivel de éxtasis, si se quiere, "porque los personajes me hablaban en francés y no me descentraba": el plano de "la dictadura de la palabra" no se superponía a la imagen.

Rodada íntegramente en Ceuta y Tarifa, la película se acerca a la realidad de un grupo de jóvenes inmigrantes mientras realizan una parada, una espera previa a la reanudación de su "soñado viaje" desde el norte de África hacia la Europa de "El Dorado".

En ese espacio fronterizo es donde estos hombres se enfrentan con la idea de realizar una película. "Ahí, en el bosque, cuentos de tiempos remotos se confunden con un tiempo presente estático", relata la sinopsis.

Los miembros del jurado del Festival de Rotterdam valoraron de la cinta ese "estado de limbo rodeado por las incertidumbres de las fronteras, la legalidad y el tiempo. Un guion participativo, colaborativo, que viaja entre el mar blanquecino y el bosque dorado, entrecruzando fragmentos míticos, memorias coloniales y realidades migratorias".

El tinerfeño señala de la historia su estructura "en clave de fábula" y precisa que, de forma consciente, se abstrae del "entorno" que representa la imagen de la valla. La película, mientras tanto, se mueve y el cine se reivindica como lenguaje universal.

José Alayón Dévora cursó estudios cinematográficos en Madrid, antes de realizar numerosos talleres de dirección de actores y guión en la EICTV, donde también estudió la especialización en Dirección Cinematográfica (2003).

En 2004 crea, junto a otros estudiantes de esta prestigiosa escuela, la productora El Viaje Films. A partir de 2010 y hasta ahora se convierte en productor ejecutivo de cinco "óperas primas", además de dirigir y escribir los largometrajes "Slimane" (Mejor ópera prima IBAFF, mejor largometraje LPA Canarias) y "Gente de Sa" (en postproducción).

En 2008 funda el Centro de Estudios Cinematográficos de Canarias (CECAN), centro que imparte másteres, talleres y grados cinematográficos en las islas en convenio con las dos universidades.

José Alayón

director de cine y productor