El rostro humano siempre ha generado fascinación entre los artistas, acaso por ese deseo casi irrefrenable que ha impulsa a los creadores, desde el comienzo de los tiempos, a intentar atrapar el alma y el espíritu del personaje, más allá de los rostros, desde cualquier tipo de técnica y soporte.

Eliel Ezequiel Ramírez (Buenos Aires, 1993) es un joven autodidacta que también se "retrata" por primera vez en público con una exposición individual de quince dibujos, agrupados en la muestra titulada "Los que cambiaron el mundo", que permanecerá colgada hasta el próximo viernes, 19 de febrero, en la Sala IriArte de la avenida Tres de Mayo de la capital tinerfeña, de 10:00 a 20:00 horas.

La sala está plagada de miradas y gestos de unos personajes por quienes este autodidacta siente una profunda admiración. Así, junto a celebridades del mundo de las nuevas tecnologías, caso de Steve Jobs, Bill Gates o Mark Zuckerberg, comparten espacio personalidades de la historia universal como Nelson Mandela, Martin Luther King o María Teresa de Calcuta y, sobre todo, cobra una especial relevancia la representación de Jesucristo, que entronca con el credo cristiano evangélico del autor.

La exposición en sí misma encierra un sentido claramente icónico, se trata de na declaración de principios desde el homenaje en gran formato que se brinda a esas personalidades que, a juicio del artista, "han sabido establecer las diferencias entre lo que es y no importante y, además, luchar por ellas a pesar de los inconvenientes", explica Eliel Ezequiel Ramírez.

La preparación de esta muestra lo ha mantenido ocupado durante un laborioso año y medio, en el que ha cuidado hasta el mínimo detalle, cargado de lápices, un puñado de ilusión y una "enorme paciencia".

Este joven creador confiesa que si bien se inició en las artes plásticas con técnicas como el óleo y la arcilla, la práctica lo fue conduciendo al dibujo, al mundo del blanco y negro.

De ahí, esa capacidad que desprenden sus dibujos para crear matices cromáticos con un trazo de lápiz; descubrir la luz en los ojos; rescatar el brillo de unos cabellos; acomodar los juegos de luces y sombras y superar el estatismo de una obra de arte, sin más.

Los retratos que se exhiben en la Sala IriArte desprenden una capacidad innata para emocionar y desde su perfil marcadamente realista, no sólo persiguen convertirse en referentes de verosimilitud, sino en trascender desde lo artificioso y lo real hasta establecer unos lazos entre la obra y el espectador.

Fue la crisis económica la razón que condujo a la familia de Eliel a buscar nuevos horizontes de vida, convertidos en emigrantes desde que hicieron las maletas en Buenos Aires y pusieron rumbo a Tenerife, donde se han afincado. "Mi padre es músico y mi madre, diseñadora de ropa", explica Eliel, cuyo hermano gemelo, que también dibuja, se ha inclinado ahora por la literatura, explica.

Animado por otros artistas, Eliel sueña con "viajar" junto a sus dibujos a Madrid y Barcelona.

Eliel Ezequiel Ramírez

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