El hallazgo de un visitante, quien, por casualidad, advirtió la presencia de un ánfora asomando sobre una duna en la playa de La Calera o de La Concha, al suroeste del islote de Lobos, ha conseguido alumbrar todo un mundo aún por descubrir.

Desde el año 2012, un grupo de profesionales vinculados a los cabildos de Tenerife y Fuerteventura y la Universidad de La Laguna (ULL) viene desarrollando un concienzudo y sistemático trabajo científico a partir de un conchero, un sitio arqueológico de la época del Alto Imperio, fechado entre el siglo I antes de la Era y el siglo I después de la Era, considerado un taller romano para la extracción de la púrpura, el preciado tinte de la antigüedad que se obtenía de las glándulas del molusco "Stramonita haemastoma".

Como parte del avance de los resultados obtenidos, hasta el próximo 3 de abril permanecerá abierta al público en el Museo de la Naturaleza y el Hombre una exposición que, de una manera didáctica y explicativa, y bajo el título "Un taller romano de púrpura: Lobos I", exhibe una selección de diferentes tipos de materiales relacionados con el yacimiento.

En el espacio de la sala, el visitante podrá encontrar desde cerámicas realizadas a torno (ánforas, tapas de ánforas), como también materiales metálicos en hierro y bronce (anzuelos, punzones, agujas de coser redes), además de líticos, que están relacionados con la labor del procesado de púrpura (morteros, yunques, machacadores-guijarros), así como cerámicas de cocina (ollas y contenedores de alimentos), también vajilla de mesa (jarras, fuentes), indicativos de una actividad doméstica-alimenticia. Además, la muestra ofrece una repoducción de un conchero, a partir de una estructura rectangular, cubierta por un cristal dividido en retículas, que asemeja la disposición en cuadrículas que se realiza sobre el mismo terreno.

La catedrática del Departamento de Prehistoria de la ULL, María del Carmen del Arco Aguilar, precisaba cómo en la carta arqueológica del islote de Lobos que databa de finales de los años 80 y principios de los 90 no se encontraba registrado ningún yacimiento y explicaba "la complejidad" de este taller, un estudio que va a requerir ampliar las prospecciones.

Como dato indicativo, Del Arco señaló que durante el trabajo de campo se han recogido cerca de "unos 59.000 individuos", en referencia a los moluscos, que a su vez se dividen en fragmentos de ocho piezas, lo que da una magnitud de la ingente tarea de los arqueólogos, al tiempo que describía la existencia de otros tres núcleos más excavados y de un cuarto insinuado.

Con todo, la arqueóloga detallaba que aún se está pendiente de intervenir en el interior del perímetro de un muro que podría haber albergado una construcción.

En relación con los grupos humanos responsables de este taller de púrpura localizado en el islote de Lobos, la catedrática comentó que pudieron proceder del continente africano, también de Gades, siempre relacionados con lo que la historiografía conoce como la gente del Círculo del Estrecho.

Aparte de la lógica importancia económica, los ropajes encarnados, simbólicamente, se convirtieron en un elemento singular, diferenciador del orden social y del estatus personal del individuo, denotando su influencia y poder sobre el resto. Además, la púrpura estaba presente en las ceremonias religiosas de diferentes pueblos del Mediterráneo, siendo estas prendas coloreadas muy utilizadas por los sacerdotes.

Pero la púrpura significaba mucho más, representando incluso el color de la divinidad. En Roma era de uso exclusivo del emperador, la familia imperial y la nobleza romana.

A nivel comercial, este tinte destacó por su importante papel económico, convirtiéndose en un instrumento de intercambio en las relaciones comerciales. Las islas del área de la Macaronesia fueron ámbito de este trasiego.

Una "gozada" científica

La catedrática de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de La Laguna (ULL) María del Carmen del Arco Aguilar destacó que trabajar en un yacimiento como el de Lobos representa "una gozada". La experta explicó que este registro arqueológico ha constatado la existencia de material de factura romana, asociado a un conchero para la extracción de tinte purpúreo, recordando al repertorio localizado y estudiado por Pablo Atoche en El Bebedero (Lanzarote) y las críticas que recibió este colega. La cuestión clave reside, subraya Del Arco, en el hecho de que el hallazgo de Lobos destierra ese planteamiento erróneo según el cual todo resto cerámico trabajado a torno se asociaba como posterior a la Conquista, frente a la manufactura a mano atribuida a los aborígenes.

Potencial y poblamiento

En palabras del director del Museo Arqueológico de Tenerife, Conrado Rodríguez, el yacimiento encierra "un potencial muy grande" y permite situar al islote de Lobos como un límite sur de los intereses económicos romanos en la fachada atlántica. Además, representa una piedra de toque de futuras investigaciones sobre el estudio de la colonización y el poblamiento de las Islas. La consejera insular de Museos, Amaya Conde, anunció que en el mes de marzo se van a desarrollar unas jornadas técnicas que reunirán a diferentes especialistas en relación con los trabajos arqueológicos que se realizan en el islote de Lobos.