Los dos son famosos por su alta capacidad para imaginar mundos paralelos. Ese es el punto de partida que toman como referencia el tinerfeño Víctor Conde y el vitoriano José Antonio Cotrina para impulsar la trama de "Las puertas del infinito", una historia ambientada en el Londres victoriano de finales del siglo XIX y comienzos del XX. "En el libro aparecen magos que se han especializado en abrir puertas a otra dimensión", adelanta el santacrucero sobre un proyecto cuya semilla hay que identificar en un encuentro casual de los autores que tuvo lugar en una caseta de la Feria del Libro de Madrid 2011.

"Las puertas del infinito" (Fantascy) es una novela elaborada por correspondencia. Esa es la realidad que pactaron Cotrina y Conde para activar una aventura que tomó vuelo a través de cientos de correos electrónicos, llamadas de teléfono e incluso whatsApp. "Lo que hablamos en aquel primer encuentro fue tomando cuerpo y al final llegamos a 441", afirma el ganador de los premios Minotauro e Ignotus por el contenido de "Crónicas del multiverso". Conde resume el proceso creativo que acaba de compartir con Cotrina como un cambio de registro en su literatura. "Esta es la primera vez que escribo algo a cuatro manos, pero la experiencia fue positiva. José Antonio y yo no somos tan diferentes. Casi somos hermanos de escritura que compartimos una atracción por los temas fantásticos y que empleamos unas formas parecidas. En cuanto nos dividimos el trabajo todo fue como la seda. Marcamos la trama principal y las dos partes que nos repartimos", recuerda.

Un juego. Eso es lo que proponen Conde y Cotrina en "Las puertas del infinito". Al lector no se informa en ningún momento de la parte que ha escrito José Antonio y la que maduró en la imaginación de Víctor. "Al final sí que hicimos una revisión conjunta, pero eso es algo que van a tener que averiguar los que lean el libro. Los que hayan leído a Cotrina podrán intuir su parte -el vasco es autor de casi dos docenas de títulos de narrativa juvenil-, y los que conozcan mi obra tendrán la oportunidad de identificar el trabajo que he desarrollado. La novela es pura pirotecnia", avisa el canario.

El propósito de esta alianza era abrir la imaginación de los lectores desde un posicionamiento que está pegado a la tierra, pero que tiene un recorrido impensable. "Es fantasía, pero se trata de una fantasía pensada más para un público adulto que para uno juvenil", acota un novelista que no se ha visto limitado por su socio. "Cuando trabajas en solitario hay una cascada de ideas muy difícil de parar, pero si el proyecto es compartido a esa libertad hay que ponerle algo de razón. Eso sí, no desaparece porque es imposible controlar a dos tipos que tienen tanta fantasía. En este libro existe una explosión visual y literaria. Esa es la pirotecnia de la que antes hablaba", incide el miembro de la Asociación Española de Escritores de Terror (Nocte).

Conde califica la experiencia con su amigo Cotrina como un "aprendizaje en el que debes aprender a aceptar las ideas del otro, tratar de incorporarlas a tu propio corpus de ideas y que la cosa vaya fluyendo hasta montar el puzzle", sostiene un escrito que no duda del carácter fantástico de "Las puertas del infinito". "Aquí hay un 90 por ciento de fantasía y un 10 que tiene algo de realidad", concluye.

Autores: Víctor Conde y José Antonio Cotrina.

Título:

"Las puertas del infinito"

Editorial:

Fantascy.

Páginas:

441.