El olvido y el silencio, también la ignorancia, han sepultado la figura de una genial arpista y una mujer de carácter progresista, feminista y antiesclavista, protectora de la clase obrera, desdeñada como tantas otras por parte de la historiografía oficial y que un buen día decidió establecerse en Santa Cruz de Tenerife, ciudad en donde falleció y que hoy le rinde un sentido homenaje cuando se cumplen los 90 años de su muerte.

Clotilde Cerdà (Barcelona 1852-Santa Cruz de Tenerife 1926) fue conocida en el mundo artístico como Esmeralda Cervantes, gracias a que Víctor Hugo le concedió el nombre de una de sus heroínas, la Esmeralda del "Jorobado de Notre Dame", mientras el monarca Alfonso XIII le proporcionó el apellido más ilustre de las letras españolas: Cervantes.

Esta niña prodigio del arpa, hija ilegítima de Clotilde Bosch (dama de honor de la reina Isabel II) e Ildefons Cerdà, ingeniero, fue una mujer adelantada a su tiempo, transgresora y un genio femenino que a la edad de 9 años se marchó con su madre a París y a los 12 ya formaba parte de la orquesta de Richard Strauss en Viena.

"Actuó ante monarcas y en los mejores teatros del mundo, escribió el libro Historia del arpa, hizo las Américas con su arpa, protagonizó una sesión privada ante el presidente de Estados Unidos Grover Cleveland, fue bendecida por el Papa León XIII, fundó una escuela de artes para mujeres, dirigió en París la efímera revista La Estrella Polar y consiguió indultos para condenados a muerte", explica en un artículo Vanessa Grael (El Mundo).

A propósito de este personaje fascinante, la historiadora Isabel Segura señala en su obra "Els viatges de Clotilde" que es más recordada en Cuba y América del Sur que aquí. La investigadora refiere su carácter "feminista, antiesclavista y protectora de la clase obrera, algo que la monarquía no veía con buenos ojos", de ahí que el secretario de la reina regente, Guillermo Morphi, le tramitara una carta con una velada amenaza, "sugiriéndole que no se ocupara de asuntos de hombres y que se dedicara a tocar el arpa", señala Segura.

En 1875 actuó en Buenos Aires, en la corte del emperador del Brasil y en Ciudad de México. En 1881 ingresó en la Logia Masónica Lealtad de Barcelona y en 1885, con 24 años, se rodeó de las mujeres más destacadas de la época con las que fundó la Academia de Ciencias, Artes y Oficios de la Mujer. Este centro de enseñanza era un intento de profesionalizar a la mujer, para que tuviera una oportunidad más allá de los "estudios tan incompletos como frívolos", señala Vanessa Grael. Pero la falta de apoyo institucional y las deudas la obligaron a cerrar la academia solo dos años después.

Tras dos giras por tierras americanas y haber recorrido media Europa, Clotilde Cerdà se casó con el industrial alemán Oscar Grossman y abandonó los escenarios para dedicarse a la enseñanza. De 1907 a 1915 vivió en México como profesora de arpa en el conservatorio.

Sus últimos años los pasó en Santa Cruz de Tenerife, donde murió en 1926. "Ni placas ni distinciones la recuerdan hoy en España. Ni siquiera el Liceu la ha homenajeado. Pero aún existe el puente que une Paraguay y Brasil, al que el emperador brasileño dio su nombre", cita Grael.

Acto de homenaje

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y la Tertulia Amigos del 25 de Julio conmemoran hoy el 90 aniversario del fallecimiento de la arpista Esmeralda Cervantes, con la celebración de una conferencia y la inauguración de una exposición sobre su vida y obra.

Los actos, que tendrán lugar en el Palacio Municipal, a partir de las 20:30 horas, se abrirán con una presentación a cargo del presidente de la Tertulia, José Manuel Ledesma. A continuación, la presidenta de la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel, Rosario Álvarez, pronunciará la conferencia, a la que seguirá una intervención por parte del alcalde, José Manuel Bermúdez.

El acto académico concluirá con la actuación de la arpista Victoria Carlisle, que interpretará cuatro piezas. A su término se procederá a la inauguración de la exposición temática sobre Esmeralda Cervantes en la Sala de los Mármoles del Ayuntamiento capitalino.

Arpista "chicharrera"

Esmeralda Cervantes, que en realidad se llamaba Clotilde Cerdá, fue una virtuosa y precoz arpista, muy conocida a nivel internacional, que nació en 1861 en Barcelona. Sus dotes para la interpretación se pusieron de manifiesto a edad temprana y a los doce años ya tocaba en la orquesta de Richard Strauss en Viena.

Con 14 años fue nombrada profesora honoraria de arpa en el Conservatorio del Liceu de Barcelona. Se codeó con la intelectualidad europea de la época y participó en distintas iniciativas pioneras en la época, reivindicando siempre la profesionalización de la mujer.

Tras vivir varios años en México, Esmeralda Cervantes se estableció en Santa Cruz de Tenerife, donde falleció hace ahora 90 años. Sus restos reposan en un panteón en el cementerio de Santa Lastenia y una calle de la ciudad, en el barrio de Salamanca, lleva su nombre.