Recrear la atmósfera de la sociedad estadounidense de los años 50. Ese es el punto de partida que eligió la italiana Giorgia Guerra, directora de escena de la ópera "Werther", para diseñar y confeccionar el vestuario de la producción cien por cien local que se va a estrenar el 12 de marzo en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife. "Hemos arriesgado mucho apostando por el blanco y el negro, pero esta batalla la ganamos", precisa una creadora que en el pasado levantó en la Isla proyectos operísticos más modestos como "Fairy Queen" o "Don Quijote".

Veintisiete artistas -nueve cantantes, diez miembros del coro y ocho figurantes- lucirán las más de 500 piezas que han sido diseñadas por Lorena Marin bajo la supervisión de Guerra. "Es una producción en la que hemos invertido mucho tiempo desde que la dirección del Auditorio de Tenerife tomó la decisión de ejecutarla", explica Giorgia de un trabajo que incrementó su velocidad de crucero el pasado 20 de enero. "Hay cinco personas que dedican una media de 12 horas diarias a la elaboración del vestuario", puntualiza con la seguridad de que los plazos temporales previstos se cumplen con cierta holgura.

Solo los guantes que lucirán algunos protagonistas y los sombreros, que se compraron a un proveedor americano, no se están confeccionando en el Auditorio. "Las telas, los calados y la mayoría de los complementos han pasado por la sastrería para adaptarse a la filosofía que le hemos querido dar a este Werther", avanza la directora de escena de una ópera que en la parte musical supondrá el estreno de Celso Albelo en el rol de Werther.

"Todo se hace desde cero... Los trajes están realizados a medida de los protagonistas, estamos generando puestos de trabajo y, sobre todo, abaratamos los costes de producción", enumeró la italiana sin restar ni un solo miligramo a su propuesta.

Giorgia Guerra está segura de que las prendas que están cobrando forma estos días en el Auditorio de Tenerife son dignas de estar en las mejores boutiques italianas. "Tienen unos acabados perfectos y son tan elegantes y modernas que se podrían vender sin muchas dificultades en una de esas tiendas de alta costura", elogia sobre el trabajo que realiza el grupo que dirige Lorena Marin.

Una mirada cinematográfica. Eso es lo que ha buscado Guerra para construir una escenografía -el vestuario va muy ligado a ella- que represente un ciclo de recuperación posterior a la Segunda Guerra Mundial. "Nos vamos a un ciclo en el que los diseñadores como Dior tienen que empezar a atender las necesidades de una parte de la sociedad que busca ansiosamente cambiar el chic... Trasladar este Werther a ese momento en el que la pasarela empieza a tener un protagonismo importante era como crear una película en blanco y negro en la que los colores existen, pero que no se aprecian con la naturalidad con la que estamos acostumbrados... Crear un vestuario con una escala de grises suponía un peligro que hemos resuelto con solvencia", adelanta Guerra.

El conocido retrato de Marilym Monroe en blanco y negro es un ejemplo que Giorgia Guerra pone para explicar un proceso que en ocasiones genera algún que otro engaño visual. "Todos vemos la fotografía de Marilym sin colores, pero todos hemos aceptado que ella llevaba un traje rojo", acentúa la directora de escena respecto a la capacidad para crear matices con dos tonalidades. "Me interesa que los espectadores que vengan al Auditorio de Tenerife sientan que están en un gran cine, en el Cinema Auditorio (ríe), asistiendo a una proyección clásica al tiempo que disfruta de una obra emblemática del género operístico".

Giorgia

Guerra

directora de Escena de la ópera "Werther"

las cifras

27 personas participarán en una puesta en escena que se desarrollará los días 12, 16 y 19 de marzo.

40 días es el tiempo que lleva trabajando -una media de 12 horas diarias- el equipo de sastrería del Auditorio.

500 piezas conforman todo el vestuario de una aventura operística desarrollada al cien por cien en Tenerife.