Transmitir el espíritu y el aroma de la obra de Cervantes a los escolares es la base que rige el montaje "Las maravillas de Cervantes", que Teatro Alegre de Profetas de Mueble Bar estrenará hoy ante unos de ochocientos alumnos con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años, en el teatro Guimerá de Santa Cruz, en las dos sesiones que ofrecerá a las 10.00 y a las 11:30 horas.

La pieza, que tendrá una duración de unos cincuenta minutos, trata de reflejar la esencia de la obra del escritor más universal de las letras hispanas a través de dos episodios de "El Quijote" y de "El retablo de las maravillas", para algunos la mejor pieza del teatro breve en español. Tres grandes actores, Carmelo Alcántara, Cristo Quintana e Iván Álamo, tendrán que dar vida en clave de clown a una docena de personajes, muchos de los cuales mantienen su vigencia a pesar del paso de los siglos.

Un Quijote sin armadura y sin caballo, aunque aparece como si estuviera trotando, armado con un palo a modo de lanza, y un gorro que cubre su cabeza, se encuentra con un labrador que está castigando a otro porque le debe dinero. Esta aventura da paso a la célebre de los molinos.

Acto seguido, los actores se meten de lleno en el "Retablo de las maravillas", historia que narra las andaduras de unos tramposos que pretenden vender el retablo de las maravillas, que solo pueden ver las personas generosas, tolerantes, bondadosas y honestas. Nadie se atreve a decir nada para no descubrir sus faltas.

Fernando Navas, director del montaje, aclaró que su versión es bastante fiel a la de Cervantes, aunque con menos personajes y algunos transformados, como el de un gobernador al que le entra un ataque de hipo cuando miente.

"La arquitectura está pensada para el público al que se dirige, porque queremos que sea una especia de primer contacto con el aroma cervantino. De alguna manera, hemos facilitado todo el juego de imaginación a través de unos clowns que interpretan a esos pícaros", personajes muy presentes en la obra de Cervantes, llena de ironía y un humor muy inteligente.

La escenografía es muy sencilla, pero llena de color, alegre y muy simpática. Sigue la línea de Teatro Alegre Profetas de Mueble Bar, muy abierto, buscando la claridad para una fácil comprensión. También destaca su gusto por trabajar en directo, dando la impresión de que toda la trama se está gestando en el mismo momento de la representación.

Un enorme descampado de fondo y un biombo con muchos colores, que se transforma en un retablo que venden al vanidoso gobernador son algunos de los escasos elementos que presidirán el escenario. La historia recordará que no es prudente fiarse de cualquiera que te pueda vender humo, además de tratar de evitar ser vanidoso y egoísta, arduas tareas hoy en día.