El sacerdote e investigador canario Julio Sánchez Rodríguez presentó ayer su último libro, titulado "El padre Heriberto Negrín y su familia", en un acto que se desarrolló en la Biblioteca Central del Tenerife Espacio de las Artes de Santa Cruz, con la participación de Eligio Hernández Gutiérrez.

El trabajo, que narra las peripecias del hermano sacerdote del médico, político y humanista Juan Negrín López, se basa en el análisis del contenido de sesenta y tres cartas que se escribieron ambos hermanos, algunas cuando estuvieron exiliados en Francia tras el estallido de la Guerra Civil española, documentos localizados en el Archivo de Juan Negrín en Las Palmas.

La correspondencia mantenida entre el que fuera el último presidente del Gobierno de la República y su familia, que se refugió en las localidades francesas de Lourdes y Pau, fue escrita en varios periodos, entre los años 1913 - 1926, cuando Heriberto estudió en el seminario, y de 1943 a 1968, durante el exilio. El libro, con más de doscientas páginas, contiene las cartas consultadas, reproducidas en páginas de color gris claro, para diferenciarlas de los comentarios del autor, que habla del origen de la familia, sus miembros y su destino, todos murieron en el exilio, menos su padre, en Las Palmas. También ha incluido cinco sermones que dio Heriberto Negrín en Las Palmas. "Fue un buen predicador y un orador muy erudito".

Esta investigación, según Julio Sánchez, aporta datos desconocidos sobre Juan Negrín y su familia. "Nadie sabe que Juan Negrín tenía un hermano sacerdote. Cuando estalló la Guerra Civil, Juan le dijo a su familia que tenía que huir a Francia por si acaso hubiera represalias contra su familia. Entonces Heriberto obtuvo permiso para atender a su familia y se llevó a su madre, a su hermana Lolita y a su tía Silforosa a Lourdes y luego a Pau. Cuando los republicanos perdieron la guerra, Juan se refugió en Londres, porque Francia estaba siendo invadida por los alemanes, hasta que fueron derrotados por los aliados. Fue cuando se trasladó a vivir a París".

Fue en esta época cuando empezó la correspondencia constante entre ambos hermanos. "Esta correspondencia es muy interesante porque demuestra el amor familiar y la unión que había entre ellos. A pesar de ser de ideologías muy diferentes, se respetaban y querían muchísimo. No hago una narración política de los hechos, sino lo que aparece en las cartas, en las que hay una gran sensibilidad. Es un poco triste porque se ve el sufrimiento del exilio. Hay frases muy bonitas, como en la que Juan le dice a su hermano Heriberto: ¡Ójala tuviera yo la fe que tienen ustedes, porque me ayudaría a soportar el sufrimiento que paso!".

Julio Sánchez Rodríguez

sacerdote, teólogo e investigador