Con más de veinticinco años gestionando el protocolo de diferentes entidades públicas, Juan Ángel Gato Gómez preside desde hace dos años la Asociación Española de Protocolo (AEP). En una entrevista para hablar del objetivo de su visita a Tenerife, Gato Gómez se refiere a la importancia de la labor de la AEP, así como a las dificultades que tuvieron con la creación de la misma, en la que antes de ser presidente fue vicepresidente. El agradecimiento que siente a la carrera que ha ejercido lo empuja a pretender que se oficialice la profesión.

¿Qué trae a la AEP a Tenerife?

Hemos venido a hacer entrega de los carnés a los nuevos socios. El viernes, aquí, en Tenerife, y el jueves en Gran Canaria. Entre ambas provincias suman alrededor de treinta y cinco nuevos profesionales. Además, en esta visita nos reuniremos con los responsables de nuestra delegación territorial en Canarias, con los socios, así como con los profesionales que no pertenecen a la AEP, con la idea de hacer un poco de apostolado para que se vayan incorporando.

Hasta hace bien poco no existía la formación en protocolo como materia impartida en las universidades, cada vez son más centros los que ofrecen nuevos grados y másteres.

Sí, se está dando la posibilidad de poder formarse en esta materia, que también es comunicación. Desde el protocolo también damos imagen corporativa a la empresa o entidad en la que trabajamos.

Son nueve universidades, y Canarias está a punto de impartir el grado de tres años.

Por eso queremos crear un colegio profesional, que será la figura jurídica para intervenir en planes de estudios, el código deontológico, así como en todos lo temas de la regulación de esta profesión. Llevamos cincuenta años, y aún no está regulada.

¿Existe conocimiento en la materia de protocolo?

Los veinticinco años que llevo en esta materia me han demostrado que los responsables de prensa y los de protocolo vamos de la mano. Con el tiempo suficiente tenemos que prever las necesidades que tendremos de manera que todos los detalles del acto estén cuidados y ejecutados por quienes corresponda. Por supuesto, la conexión también será con los responsables de seguridad. Desde el protocolo estudiamos muchos detalles para que el acto se desarrolle con facilidad. Por eso se debe tener mucha formación, incluso diplomática.

¿Cuáles serán las competencias que tendrá una persona que se va a formar en protocolo?

Tenemos clara cuál es la profesión, pero hay que definir oficialmente cuáles son las competencias. Ahora el mundo de la organización de eventos ha creado una unión de asociaciones muy importantes, como los que organizan congresos, y estamos entre todos procurando que se definan cuáles son las competencias profesionales de cada uno de esos sectores, para evitar el intrusismo.

¿En qué momento está el protocolo?

Ahora vivimos un momento importante, por más que el protocolo está pasando estos años por momentos delicados a raíz de los movimientos políticos. Los profesionales de esta materia hemos sido vistos como los malos de la película. Se interpreta que gastamos el dinero de las instituciones en copas de vino o, como decía recientemente el ministro de Asuntos Exteriores, que estamos para sentar a la gente. Evidentemente, no es así. Estamos para hacer la vida más cómoda y que las relaciones interpersonales e interinstitucionales funcionen sin problema, no queremos ser los enemigos de nadie, sino que todo se desenvuelva de la mejor forma.

¿En el ámbito político se mantienen las normas elementales?

La nueva clase política, en principio, renuncia a cumplir esas normas, que siempre hemos considerado como normas elementales, en el vestido, así como en otras cuestiones. Lo respetamos porque entra en la libertad de las personas, pero intentamos acercar el deber de cumplir y respetar las tradiciones, para evitar tener una sociedad de "todo vale" que traerá que sea todo bastante desordenado.

¿La función de un profesional del protocolo va más allá de los organismos públicos?

La importancia del protocolo en el mundo empresarial es tremenda. Las grandes empresas españolas y extranjeras que tenemos aquí, principalmente las españolas, tienen dos o tres personas como mínimo profesionales en protocolo. Es un valor añadido a su imagen corporativa. Su labor no es solo organizar el acto de asamblea de socios, sino también se ocupan de que tengan su propio reglamento de funcionamiento, así como cumplir con competencias y obligaciones.

¿En qué punto está el protocolo en Canarias?

En Canarias hay mucho que hacer, por más que hay profesionales con muchos años de servicio, pero hay que aglutinarlos a todos. Hay que hacer saber al mundo empresarial que estas figuras son necesarias. Además, en la convocatoria de plazas de protocolo por los organismos públicos (cabildos, ayuntamientos...) se debe requerir no solo el graduado escolar, porque hay gente que tiene la formación académica. Trabajo hay mucho.