Vicente Aleixandre es "el Nobel olvidado", según ha dicho su biógrafo, el historiador, escritor y editor Emilio Calderón, autor de "La memoria de un hombre está en sus besos", libro en el que revisa la vida del poeta sevillano.

Según Calderón, su biografía es la primera que "hace un recorrido por el periplo vital de Vicente Aleixandre, desde su nacimiento hasta su muerte", lo que le ha llevado a afirmar que el poeta ha sido olvidado "sobre todo por las instituciones culturales".

El libro de Calderón incorpora documentación inédita, "como el primer texto autógrafo del poeta, y un examen que Aleixandre hizo en 1910, donde hace un dictado de un fragmento del Quijote; la biografía aporta además documentos inéditos sobre su familia y también sobre Velintonia, la mítica casa que el poeta habitó desde 1927", según ha detallado el biógrafo.

Calderón ha incidido en que su obra descubre también aspectos inéditos o pocos conocidos de la existencia del Nobel, como por ejemplo su intento de exiliarse en 1938, huyendo de la guerra, o el hecho de que fuera detenido y conducido por milicianos a una checa.

"Gracias a la intervención de Pablo Neruda y de Manuel Altolaguirre fue liberado", ha afirmado el biógrafo, quien también ha querido destacar la correspondencia inédita de Aleixandre con el pintor Gregorio Prieto y también con Carlos Bousoño, que le ha permitido "reconstruir la vida sentimental del poeta, que fue mucho más activa de lo que siempre se ha creído".

"También se aportan documentos que se conservan en el Patronato de Carmen Conde-Antonio Oliver, que corroboran este extremo. Incluso existe un tarjetón de puño y letra de la escritora cartagenera que incluye una lista de amores de Aleixandre: Carmen de Granada, Eva Seifert, José Manuel García Briz, Andrés Acero y Carlos Bousoño, entre otros", ha añadido sobre esta cuestión.

La biografía reconstruye la vida de Andrés Acero, "el amante más importante que tuvo Aleixandre antes y durante la guerra, y que acabó en el exilio mexicano".

Calderón ha añadido: "También me consta la existencia de otra amante de Aleixandre, una mujer llamada Clara, de la que se desconoce el apellido, pero que es mencionada en la correspondencia con José Luis Cano, con Carlos Bousoño y del poeta gallego Eduardo Moreiras".

Sobre la polémica que ha suscitado la revelación de la relación entre Vicente Aleixandre y Carlos Bousoño, Calderón ha asegurado: "Se ha sacado de contexto, con el fin de acusarme de hacer amarillismo".

"La biografía cuenta con 536 páginas, mientras que Bousoño no ocupa más de un par o tres; por no mencionar que era una relación conocida en los círculos literarios", ha añadido.

Calderón ha explicado que su interés por la figura de Aleixandre se debe que a que él es malagueño "criado en Pedregalejo, en el mismo barrio donde veraneaba el poeta de pequeño" y que llegó a conocer el chalecito que ocupaba la familia del poeta, que hoy ya no existe.

"Cuando murió Aleixandre en diciembre de 1984, quedé a la espera de una biografía completa del poeta, pero nunca llegó, por lo que decidí escribirla yo, con todo el respeto y la seriedad documental que un trabajo de esta naturaleza requiere", ha señalado.

"Creo que mi biografía aporta una imagen distinta de Aleixandre, más caleidoscópica y rica, pues siempre se ha trasladado la idea de que era un hombre enfermo y sedentario -sin biografía aparente-, como decía el propio poeta; en cambio, se ha ocultado que para Aleixandre la acción de la vida era el amor; el amor como motor de la existencia", ha dicho.

"Pocos poetas amaron tanto y sufrieron a la vez con tanta intensidad como Aleixandre por culpa del amor; sin una vida amorosa tan intensa y plena, Aleixandre no hubiera sido el mismo hombre y, en consecuencia, tampoco el mismo poeta", ha apostillado.

Otro elemento que pone de relieve el trabajo es la fidelidad de Aleixandre a los amigos, como el caso de Miguel Hernández; "sin su intervención -dice el biógrafo- es posible que Hernández no gozara del prestigio que hoy disfruta; Aleixandre -y esta es una cuestión que refuerza la biografía- es que era amigo de todos los poetas, así como un ''confesor de almas'', como lo llamó en su día Luis Cernuda".