El periodista y escritor palmero Antonio Tabares (Santa Cruz de La Palma, 1973) está subido en "La punta del iceberg", una de sus obras teatrales que ha sido llevada al cine por el también canario David Cánovas y que fue estrenada ayer en toda España, además de participar en el Festival de Málaga.

Esta honesto dramaturgo asistió cargado de cierta intriga al bautizo comercial de la versión cinematográfica de su obra "talismán", que tuvo lugar el pasado viernes en un cine de la capital tinerfeña.

"Me pareció muy buena la película. Se lo dije a David, no venía esperando nada. No fui con muchas expectativas para no hacerme ilusiones, pero por los comentarios que había escuchado, técnicamente iba a ser muy buena película, el equipo de actores y los profesionales con los que contaba, y lo que había visto del tráiler... Pero por deformación profesional siempre estás pendiente de cuál es el desarrollo de la historia, por dónde van las cosas".

Desde su punto de vista, "La punta del iceberg" tiene una versión en la pantalla muy aceptable. "Me parece que está muy bien respetado, que podía no haberlo hecho y me hubiera dado igual, el espíritu de la obra. Tiene varias aportaciones que están muy bien resueltas. Estoy contento porque creo, sobre todo, que es muy buena película para ser una ópera prima. Espero que sea la primera de muchas de David, no parece una primera película ni de broma".

El filme, cuya banda sonora es del compositor orotavense Antonio Hernández Ruiz, tiene una duración de casi cien minutos y trata sobre una gran multinacional que se ve sacudida por el suicidio de tres de sus empleados.

Para Tabares, la película es fiel a la esencia de su obra y trata el tema quizás dando más protagonismo al punto de vista de Sofía (Maribel Verdú), personaje principal. "Es verdad que la resolución va más allá. La obra llega casi hasta cuando la película lleva una hora y luego la media hora final es un desarrollo de la historia más allá de lo que planteaba la obra de teatro, que dejaba un final como muy abierto", matizó.

También explicó que en la película de Cánovas hay aspectos que están apuntados en la obra de teatro y que, vistos en imágenes, "están muy bien resueltos, pero insisto en que no iba esperando ver mi obra de teatro en el cine. Esperaba ver una buena película, y eso es lo que es".

Este apreciado escritor, que se siente un poco abrumado por "el efecto iceberg" y sus favorables consecuencias profesionales, aclaró que con esta obra trataba de reflejar cómo el ser humano se ve envuelto a veces, sin saberlo, en el engranaje laboral de las relaciones con los compañeros de trabajo, en las que se generan situaciones que aprisionan a la persona y hacen incluso que actúe en contra de sus principios.

En este sentido, comentó que la obra teatral es más abierta que la película porque "plantea muchas preguntas, pero no da respuestas. Tiene un final como más abierto y en la película, en un determinado momento, se toma una opción de seguir desarrollando el personaje principal, que toma una decisión que condiciona el final del filme. Eso en la obra ni siquiera está planteado, sino que podría ser una continuación que los guionistas han imaginado a partir del final de La punta del iceberg en teatro".

Antonio Tabares reconoció que no se esperaba el éxito que ha acompañado a "La punta del iceberg" (2011), que obtuvo el Premio Tirso de Molina y fue finalista de los premios Max, además de haber sido representada en la Península por La Abadía. El próximo fin de semana se escenificará en un Festival de Teatro en Arad (Rumanía), por lo que ha sido traducida al rumano. "La obra sigue teniendo una vida que era impensable cuando la escribí".

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Tabares

periodista, escritor y dramaturgo