Casi se había convertido en una de esas promesas que las partes quieren cumplir, pero que por una causa u otra no se habían materializado. José Luis-Ravelo, conocido en el mundo del folclore canario como Pepe Floro, ya tiene una calle en su Icod de los Vinos natal. Familiares y amigos del fundador de Chincanayros participaron anoche en un homenaje en La Magalona. Francis González Díaz, alcalde de Icod, presidió el descubrimiento de la placa en compañía de otros integrantes de la corporación icodense. Gerardo Rodríguez, excomponente de Chincanayros y de Agarfa, y Juan Carlos León "Mosco" marcaron el compás en el instante en el que se escucharon los acordes de "Alfonsina y el mar" y "El día que me quieras". El vecino homenajeado, fallecido en 2010, ya compartía el nombre de una calle de la ciudad del drago con sus compañeros en Chincanayros: el pianista, además de ser miembro fundador y director, permaneció en el grupo entre los años 1972 y 1984. Treinta componentes del mítico grupo rindieron anoche homenaje a José Luis-Ravelo con las canciones que les caracterizaban, después de 30 años desde la última actuación.

La emoción disipó la emoción, en un festival folclórico que sirvió de colofón a las fiestas en honor a san Marcos. El acto concluyó con un poupurrí de estribillos de las canciones más conocidas, algunas estritas por el célebre Pepe Floro.

Durante los 12 años que estuvo Pepe Floro en Los Chincanayros se materializaron cinco proyectos discográficos: "Esto es folclore de las Islas Canarias" (Canary Records / 1973); "Los Chincanayros cantan al pueblo" (1975); Tajaraste (1977); "Leyenda y tradición" (Movieplay / 1978) y "En las manos del volcán" (Marfer / 1983).

Vannesa Luis-Ravelo Alonso, la mayor de los hijos de Pepe Floro, asegura que su padre fue un virtuoso del piano. "Ese fue su instrumento preferido. Él tocaba de oído: se formó siendo un niño, pero no completó la carrera", asegura la hermana mayor de Naira y José Manuel al tiempo que introduce un nuevo recuerdo. "Menos los de viento, yo lo vi tocar casi todos los instrumentos, incluida el arpa". Hijo de un conocido parrandero de Icod de los Vinos, José Luis-Ravelo no tiene antecedentes familiares musicales que hicieran pensar que tuviera tanta facilidad para la música. "A mi abuelo sí le gustaba un ratito de parranda, pero ni sus abuelos, ni su madre, ni sus dos hermanas tuvieron la misma habilidad que él", cuenta Vannesa.