El casco histórico de La Laguna se transformó ayer en la hermosa Verona de las intestinas guerras entre los Montesco y los Capuleto. Quince actores de Burka Teatro y de la Escuela de Danza de Charo Flebes recrearon durante más de dos horas las escenografías que maduraron a partir del legendario texto de William Shakespeare. El Convento de Santo Domingo, los primeros tramos de las calles Carrera, Viana y San Agustín, el Palacio Lercaro y el Instituto de Canarias Cabrera Pinto dieron soporte a una escenificación que tuvo instantes de gran brillantez en varios fragmentos musicales. Teatro en estado puro es lo que se percibió ya en la primera batalla entre espadachines que tuvo lugar en la plaza de la iglesia de Santo Domingo de Guzmán.

"Los amantes de Verona visitan La Laguna". Ese es el título de una aventura artística que generó una sensación muy parecida a la fábula de "El flautista de Hamelín". Y es que conforme se desplazaban los actores de punto a punto, la afluencia de espectadores que se unieron a la comitiva crecía atraída por la belleza de una propuesta generosa; espléndida en el desarrollo de su guion e igualmente vistosa en la faceta de vestuario.