Todo el mundo ha soñado con disfrutar de esas tardes de verano en las que cae el sol, acompañado de una dulce bebida, una suave música y la mejor compañía. Pensado así podría ser utópico, sin embargo, con un poco de imaginación y la mejor intención podemos conseguir el más agradable de los ambientes.

Los espacios abiertos, patios o terrazas, se llevan rodeados de vegetación, entre palmeras y jardines verticales. Cada esquina tendrá su ambiente y conseguirá una sensación. Una zona diáfana que acogerá una interesante tertulia. Una mesa rectangular que permitirá disfrutar de deliciosos sabores. O el lugar donde sumergirte en una buena lectura. Cada momento tendrá su espacio y el mobiliario irá acorde con cada situación.

Los juegos de exterior, compuestos de un tresillo y dos butacas alrededor de una mesa bajita, son el mobiliario perfecto para compartir confidencias. El material más comercial: el ratán. Sus cuidados no son demasiado complicados y además se permiten en casi todos los colores. Optar por los tonos claros dará frescura y serenidad, sin embargo los oscuros, sobre todo el gris grafito, serán más duraderos siempre y cuando no reciban los rayos del sol permanentemente. Si el espacio se presta más a sensaciones que van de la mano de la naturaleza, optar por las mismas formas, pero de bambú, será un acierto. Tanto jugando con una base como con otra, los cojines mejor que sean de algodón, teniendo en cuenta que los tejidos hayan sido tratados para ser resistentes al agua.

Los elementos decorativos han de ser ligeros, una sensación que a bote pronto no se identifica con materiales como la madera. Sin embargo, todo cambia si la planteamos clara, de procedencia nórdica o sutilmente patinada en blanco, donde la veta natural adquiere cierto protagonismo. Las maderas menos nobles, que se usan para objetos pequeños como sillas, mesitas supletorias o fanales, se pueden pintar de colores que se adapten al entorno: el verde de las hojas, el rojo de las fresas o el amarillo de los limones, que lograrán dar el aspecto veraniego al que se presta este tipo de espacios.

Labrar piezas que cojan diferentes formas y utilidades complementarán todos y cada uno de los rincones. Una pieza que se esculpe para dar forma de ave o de un ancla se complementan con pequeños apliques de latón. Una estrella que acoge elementos que producen luz propia. Tarros, que en su interior recogen arena de distintos tonos, se coronan con figuras de animales. Crear palabras a base de divertidas letras de colores o estampados es tendencia, dan movimiento y color.

Una mesa rectangular con tapa de vidrio y una pata central que simule el tronco de un árbol acogerá deliciosos guisos. Las sillas diferentes, divertidas, incluso enramadas. También se permiten los bancos que vayan de cabecera a cabecera en paralelo a la mesa. No son confortables, sin embargo tendrán la posibilidad de recibir a más comensales. A la hora de elegir bajoplatos o caminos de mesa, lo ideal es decantarse por tejidos naturales, linos o algodones. En colorido, como base el turquesa, para jugar hacia los verdes o azules puros. Cristalerías de resina coloridas. Cuberterías con mangos de madera. En el centro pequeñas macetitas de latón, que en su interior acojan hierbas aromáticas: tomillo, albahaca o romero, que intercalarán entre unas y otras, viejas botellas decoradas con blondas de papel y cintas de algodón para sostener velas blancas.

Para el descanso, sin duda, una confortable hamaca. La tendencia es una de las colgantes, de rallas y colores vivos, que vaya de árbol a árbol. Siendo realistas es más práctico y probable que podamos optar por una plegable, con base de madera y loneta de colores. Tener en cuenta que cerca ha de haber algún soporte, nos vale una banqueta decorada con dibujos de flores.

En busca de la sombra, las pérgolas de madera conseguirán proteger de los rayos del sol. Como pieza efímera los "techos" de brezo o de gasa desde los que cuelguen pequeñas bombillitas de colores o banderines con dibujos. Una opción práctica son las clásicas sombrillas, hoy se pueden personalizar, incluso hacerlas de "patchwork".

La luz de las velas envolverá el ambiente para disfrutar de la caída del sol y la llegada de la noche.