Lo que menos importaba era la edad, el género musical o el escenario asignado para la actuación. El eterno Edui Bercedo, el rock refrescante de Pornosurf o la milonga de Tangatos. Esas y otras setenta propuestas se exhibieron durante más de nueve horas en la V Fiesta de la Música que se celebró ayer en San Cristóbal de La Laguna. El casco histórico de Aguere generó un flujo continuo de artistas camino de la veintena de escenarios que se distribuyeron por sus arterias principales. En las primeras horas se veían más músicos que público, pero a medida que fue cayendo la tarde los espectadores ganaron claramente el pulso a los intérpretes. Sol, pero no sofocante, y en ocasiones unas ráfagas de aire que se colaban desde las laderas de Los Rodeos, San Roque o la Mesa Mota fueron dos de los tres ingredientes que completaron una captación de clientes que en torno a las ocho de la noche había transformado la ciudad en una gigantesca discoteca al aire libre en la que se fusionaron blues, jazz, pop, soul o las formas más clásicas.

Músicos, con y sin canas, guitarras de todos los colores y canciones propias o tomadas prestadas de leyendas que favorecieron el consumo en los negocios más próximos a las tarimas en las que se iban encadenando los conciertos. Esa fue la imagen que más se repitió hasta conformar un puzle de sonoridades en las que hubo instantes para recordar batallas del pasado que en la actualidad han sido sepultadas por el trabajo, o en el peor de los casos, por una tarjeta de desempleado.

Abogados, sanitarios, policías y hasta algún que otro periodista se repartieron el protagonismo en una tarde-noche que agitó el pulso habitual de la Ciudad de Los Adelantados a través de miles de acordes impulsados al cielo, en algunos casos, con algo más de voluntad que conocimientos. Y es que el único requisito que se pedía era divertir. A partir de esa regla se pudo ver alguna que otra alianza extraña entre autores que habitualmente caminan por separado: el espíritu de una jam-session, o tocata, se desenredó de forma natural para construir un mapa en el que convivieron las canciones de Mystic Riddle, Kuarembó, Niños Cantores de Mierda o Rasta Glover.

Los curiosos que se dejaron llevar por la música y los que buscaron a su banda preferida compartieron aceras hasta que acabaron vencidos por el cansancio, el gin tonic o los que decidieron quemar sus primeras horas de ocio nocturno en Aguere. También hubo un rato para denunciar las debilidades de un sector -lectura de un manifiesto de Promusic- que ayer tomó las calles de una ciudad que se entregó a más de 400 artistas; una barra libre en la que se vivieron instantes de talento en todas sus variantes, profesional, semiprofesional o aficionado. Muchos, y no les hablo de los dueños de bares y cafeterías, brindaron por un maná que en La Laguna va camino de convertirse en algo más que una tradición.

las cifras

3.930 minutos, o incluso alguno más, acumularon todos los participantes de la V Fiesta de la Música de La Laguna.

400 artistas entretuvieron a los transeúntes durante más de nueve horas; intérpretes de todas las edades posibles y géneros musicales.

72 propuestas musicales se encadenaron sin grandes parones entre las 17:00 y las 02:00 horas. En el Leal se proyectaron videoclips de artistas y grupos locales durante tres horas.

Las claves del manifiesto de Promusic

La Asociación de Profesionales de la Música de las Islas Canarias (Promusic) aprovechó la cita de ayer para expresar sus dudas y reivindicaciones. Entre sus primeros requerimientos figuró la aprobación del Estatuto del Artista, un documento en el que quede bien reflejada la intermitencia en la contratación sin tener que perder la asistencia sanitaria, de maternidad, jubilación o desempleo. Tratar de evitar que los artistas y creadores se tengan que apartar de su vida activa fue otro de los argumentos subrayados en un manifiesto en el que se hizo hincapié en el hecho de que "crear no puede ser incompatible ahora mismo con el cobro de una pensión de jubilación. Este sería uno de los cimientos de la aprobación del Estatuto del Creador. Los impulsores del documento, igualmente, señalaron en público que la liquidación de los impuestos trimestrales se vinculará con la fecha de pago del servicio prestado. Modificar la Ley 27/1999 de Cooperativas con el objeto de permitir cooperativas de trabajo asociado entre los trabajadores del sector cultural se convirtió en otro argumento de defensa por parte de Promusic. Entre tantas reclamaciones, por supuesto, hubo un apartado específico para rebajar el impuesto sobre la cultura con el objeto de favorecer su consumo. A nivel formativo también se requirió la aprobación de la Ley de Enseñanzas Artísticas Superiores y la constitución de Universidades de las Artes, donde se podrían integrar los actuales conservatorios y escuelas superiores, un hecho que a su juicio las equipararía plenamente al espacio universitario. La regulación de la propiedad intelectual, por supuesto, es otro de los parámetros que están en el punto de mira de Promusic en su afán por defender y consolidar los derechos de los creadores. Dar forma a un sistema de ayudas económicas, un Plan Estatal para la Música que favorezca la posterior redacción de la Ley de Economía Creativa, es otro de los apartados que ya están recogidos en el Libro Blanco de la Cultura, una vía que pretende poner en conocimiento del Parlamento de Canarias estas y otras quejas y propósitos lanzados desde Promusic.