En un principio fue la palabra. Después, inevitablemente, llegaba la risa, acaso por ese movimiento cuasireflejo del músculo facial y con ella, la especie humana ha intentado evolucionar hacia la alegría. Lástima de tantos celos, envidias, la sinrazón, las guerras...

Y menos mal que, de un tiempo a esta parte, la madre naturaleza nos regala, de cuando en cuando, especímenes como el caso de Darío López (Icod de los Vinos, 1981), una persona que se ha significado por ser uno de los humoristas más reconocidos y reconocibles del panorama isleño, dotado de un ingenio y un talento formidables, capaz de arrancar una sonrisa al más pintado, sea cual sea su clase, condición y color.

Y como de bien nacido es ser agradecido, y el susodicho y su familia (hermano y mujer) cumplen diez años en esto de compartir vacilones, este viernes (21:00) ha convocado a la gente para echarse unas perras de risa en el teatro Leal de La Laguna con el espectáculo "Echadito Palante", un monólogo con película que incluye el estreno mundial de "A todo Vas 2".

Además de la representación de un "pique" a toda velocidad con Vin Diesel por el tramo recientemente derruido de la carretera que va hacia Punta de Teno, en un "A Todo Vas y Vuelves", también se introducen otras historias que han ido jalonando este decenio prodigioso. Entre otros, "la premisa es que las verbenas se encuentran en peligro. Y es que hasta la orquesta Wamampy está en trance de desaparición". O eso es al menos lo que nos cuenta.

Darío López recuerda sus comienzos en esto del humor y admite que siempre ha sido una persona a la que le ha gustado interactuar consigo mismo. "La primera imagen que colgamos en la red fue en Google vídeo, en el año 2006, una imagen repetida, en plan trillizos, que cogió vida por sí misma" y dio lugar a una serie que titularon "La Caseta".

En adelante se han sucedido las parodias, los montajes y los vídeos, unas historias que han encontrado acomodo y eco, fundamentalmente, en redes sociales, aunque en escenarios privilegiados como el Carnaval.

"La fiesta", subraya Darío López, "es un auténtico filón, se trata de un espacio divertido y el ambiente en la calle resulta inmejorable", destaca. Es el caso de parodias que ya son todo un clásico como el caso de Air MiMadre + PepeBenaBinter, Tasca Chonda o Mercadoña.

En la primera de ellas, la responsable de seguridad del aeropuerto de Los Rodeos "se acercó para preguntarnos si contábamos con permiso. Era un sábado de Piñata y su jefe inmediato, que precisamente nos había visto en el Coso, dio el visto bueno".

No vive de su faceta como humorista y pese a su popularidad, Darío López mantiene una prudente distancia, salvaguardando su esfera privada de su proyección pública. Ahora bien, "siento el cariño de la gente en la calle", ya sea tanto de los niños como de personas mayores, de la clase política como empresarial". Y explica cómo "el otro día estando en los aparcamientos del hospital de La Candelaria, se me acercó uno de los guardacoches y me espetó: ¡Ay, pues se parece al de los vídeos!".

Pero, además de esa amplitud social de públicos, el humor que hace Palante dignifica lo canario. "Es lo que uno ha mamado desde chico. No nos reímos de lo canario, sino con lo canario", al tiempo que reconocen los monólogos de Aarón Gómez o los montajes de El Típico de Tenerife.

No esconde que a la parodia titulada "Los Ángeles de Chani", en la que intervienen su madre y su tía en busca, le guarda un especial cariño, y sobre los montajes de parodias de cine explica que son trabajosas: "Escucho la película y voy escribiendo los diálogos del actor del doblaje", hilvanando sobre esos mimbres sus particulares historias.

Palante continuará "en la medida en que nos entusiasme lo que hacemos", dice Darío. Esperemos que por el bien de la sonrisa y de la raza humana sea por mucho tiempo.