Partiendo de un bastidor, aprovechando las imprescindibles "burritas", haciendo uso de las agujas y los hilos (metalizados y de seda), se dará forma a las flores de randa y a las de espiga que se encontrarán, con los calados de madrigal o los de galleta, en una cuidada vitrina. Llevados a gemelos, pendientes y colgantes.

Las tradiciones canarias van más allá de los tapetes o manteles para ser joyas, en lo más estricto del término. Carmen Díaz, artesana caladora y propulsora del matrimonio entre los calados y los metales nobles, afirma: "Necesitaba que los trabajos que elaboramos, las piezas que desde siempre se formaban en nuestra tierra, pudieran salir de la gaveta. Por miedo a que se estropee un calado se guarda para usos muy puntuales, pero es bueno que ese trabajo vea la luz".

Ante la inquietud es la propia artesana la que se pone en contacto con los colegas en el oficio, que trabajan otras materias (en un encuentro planeado por el Cabildo de Tenerife): "Juan Gil Melián y yo acordamos que él haría las bases de plata y a partir de ahí yo me encargaría del calado. El éxito ha sido increíble". Sin embargo a la hora de posicionar el trabajo en las vidrieras la técnica es distinta: "En esta ocasión es Agostina Santini quien recibe el calado, jugando con el recorte lo colocará en la pieza".

Entre los diferentes tipos de elaboración que se pueden realizar con el producto final no han escatimado ni en formas ni en materiales . El calado de hebra, que se usa en los populares "manteles de pescaditos", se adereza con flores similares a las estrellas. Es en este modelo donde se puede apreciar más en detalle el trabajo de la tradición canaria. En la colección que se lanza inicialmente se parte de esta técnica. La siguiente colección se basa en la variedad de calado de galleta. Cuando se lleva un trabajo tan minucioso hasta esta disciplina (la joyería), la investigación previa es laboriosa. Los artesanos que trabajan con los hilos los moverán para lograr el juego que se precisa. El amor a texturas y colores será quien determine cuál se usará: "Los hilos de seda son mas fuertes, pero se componen de muchas hebras, así que es un trabajo delicado para evitar que se hagan nudos. De alguna manera usándolos buscamos rizar el rizo".A la hora de crear joyas únicas el planteamiento es delicado y cuidado: "El diseño se lleva a pruebas hechas en cartones para finalmente unirlo a la plata".

Con los principios que se dan en artesanía y el agradecimiento a las manos que han mantenido las tradiciones hasta hoy Carmen Díaz narra cómo dio a conocer la nueva aventura a sus antecesoras: "Lo presentaba en la Feria de Pinolere, el año pasado. Para el sector es uno de los eventos por excelencia. Estaba atenta a las impresiones de las otras artesanas, llevar el calado a otro plano, me producía muchísimo respeto, sin embargo ellas fueron las que apreciaron las posibilidades que dan nuestras tradiciones". Fueron las caladoras más veteranas las que aplaudieron el trabajo que había hecho su colega sacando las flores que dibujan la labor de contexto.

Los hilos, metales y vidrios que de la mano pasearán abrazadas a los cuellos, las muñecas o las orejas de los más exigentes admiradores del diseño, harán de nuestra labor más tradicional una joya de calado contemporáneo.