No fue un concierto largo, pero acarició todos los puntos cardinales de su obra. "Sirope Vivo" combinó los tragos más frescos ("El silencio de los cuervos", "Un zombie a la intemperie", "Capitán Tapón" o "A que no me dejas") con otros títulos que revivieron su efervescencia como artista.

Del "Quisiera ser" al "Pisando fuerte", éxito adaptado a los nuevos tiempos con el que Alejandro Sanz y su banda se despidieron de La Manzanilla tras agotar dos horas y cuarto de actuación. Estéticamente el espectáculo resultó impecable -con un despliegue escénico cuidado, elegante y variado- y en lo musical no se le pueden poner piedras en el camino al trabajo hecho por Mike Ciro, guitarrista y director de una formación con grandes recursos que aportó unas texturas latinas a una noche que se impulsó al compás del "Mojo picón". Alfonso Pérez (piano y voz), Brigitte Sosa (bajo), Crystal "Rovel" Torres (trompeta), Freddy "Fuego" (trombón), Glenda del Monte (piano y coros), Nathaniel Townsley (batería) y Víctor Mirallas (saxo y clarinete) envolvieron con la instrumentación el regreso a Tenerife del Alejandro Sanz más dulce que se recuerda por estas coordenadas atlánticas. Sin renunciar al valor creativo que destilan sus letras, el sonido de "Sirope Vivo" es arriesgado, dinámico, explosivo... un catálogo sonoro que endulzó una noche calurosa.

@davilatoor