Cuando aún residía en Lieja soñaba con una vida parecida a la de Jacques-Yves Cousteau, un mundo que giraba en torno al mar. "Viendo las aventuras de aquel hombre sentí que quería hacer lo mismo", cuenta el belga Sergio Hanquet sobre los orígenes de su afición por la fotografía submarina. La corriente lo llevó a Túnez, país en el que vivió 17 años antes de tener que volver a rehacer el equipaje por culpa de un golpe de estado. Su siguiente escala fue Canarias, concretamente, la vertiente sur de Tenerife. "Cuando tienes un sueño, o lo agarras con fuerza o lo dejas pasar; yo lo agarré", cuenta el protagonista de la muestra "Nómadas del mar" que hoy, a partir de las 21:30 horas, se inaugura en la Casa de la Cultura de Los Cristianos. La exposición, que se complementará con la instalación de tres fotografías de gran formato sobre fachadas, se incluye en la programación del Tenerife Arona Son Atlántico y se puede visitar hasta el próximo 17 de septiembre.

El viejo refranero apunta que a quien madruga, Dios ayuda, pero en el caso de Sergio ese desvelo está relacionado con su oficio de pastelero. "Ni en Canarias ni en España se puede vivir de la fotografía submarina", advierte un aventurero que encontró en la costa aronera el acomodo perfecto para su espíritu viajero. "A veces te sientes a gusto en un lugar sin saber por qué... Cuando eso ocurre no encuentras razones para irte", sostiene sobre los más de treinta años que lleva instalado en el Archipiélago.

El buceo y la fotografía submarina se convirtieron en dos apoyos imprescindibles desde el principio. "Muchos se hubieran conformado con eso, pero con el paso del tiempo me di cuenta que había creado un fondo muy generoso: tenía fotos de todos los peces de Canarias y decidí que ese material lo podían compartir con mucha gente", rescata de una afición que se ha convertido en el apéndice de una vida que mira al mar. Esa es la esencia de una serie que se concentra en 36 imágenes de gran formato (sala) y en tres gigantescos montajes sobre fachadas (uno de seis metros y otro en el que se fusionan cuatro imágenes y que tienen una altura de 12 metros de largo por dos de alto) que son el verdadero corazón del proyecto "Nómadas del mar".

El hecho de no contar con una plataforma continental es una de las ventajas que encuentra Sergio Hanquet para la observación de las especies marinas. "Aquí a diez metros de la costa hay una caída de mil metros de profundidad. Eso es algo que no ocurre en el Mediterráneo y, por lo tanto, nos permite ver el tránsito de grandes ballenas a una milla de la costa, mientras que en otras zonas pasan a 30", explica.

En "Nómadas del mar" están retratados las especies que no tienen un lugar de residencia, sino que en palabras del propio Hanquet "viven en el azul; en esa gran columna en la que no hay leyes... De alguna manera todo funciona como en el viejo oeste y esos seres están muy expuestos a la contaminación, a la navegación y a la pesca", enumera un naturalista que no oculta que "fotografiar a una ballena impone, pero hay otras especies con más mala leche. No tan grandes como un cachalote, pero más imprevisibles... Lo que pasa es que uno sabe a lo que va cuando está bajo el agua y no tiene mucho tiempo para pensar una fotografía", descubre Sergio Hanquet.

Sergio Hanquet

Fotógrafo / Naturalista "Nómadas del mar"