El otoño vital que atravesaba Henning Mankell mientras escribía "Botas de lluvia suecas" es también la estación del año en la que arranca este reflexivo relato sobre la existencia y el amor que el narrador sueco dejó terminado antes de morir en 2015 y que llega a las librerías en español el día 6.

Mankell (Estocolmo, 1948), el creador de la popular serie de novelas policíacas del inspector Kurt Wallander, llegó a ver editado y publicado en su país este volumen, que en España y América Latina publica Tusquets con versiones en castellano y catalán.

Narrada en primera persona, "Botas de lluvia suecas" está salpicada de confesiones del médico jubilado Fredrik Welin, también protagonista del libro de 2006 "Zapatos italianos", del que es, en palabras del propio autor sueco, una continuación "libre".

La cantante Patti Smith, amiga de Mankell y admiradora de sus novelas, especialmente de la docena que forman la serie Wallander, ha publicado el texto en una separata "Paseando con Wallander", en el que recuerda al escritor y a su personaje.

Las líneas de Smith retratan primero al "melancólico y un poco alcohólico" inspector Wallander, del que pensaba que sería "eterno" y con quien, asegura, sintió una "estrecha afinidad" al compartir el amor por "la Callas" y la propensión a "quedarse dormidos con la ropa puesta" o a "olvidarse de comer".

"Como el escritor político, poético y prolífico que era, Henning fue más allá de las novelas policiacas, aunque en mi memoria destacará siempre su inspector, surgiendo entre las brumas de los encuentros imaginarios", concluye sobre el escritor nórdico la artista de "Because the night".

En "Botas de lluvia suecas", todo cambia para Fredrik Welin cuando, a los 69 años -dos más de los que tenía Mankell en el momento de su muerte-, su casa es arrasada por un incendio del que logra escapar calzado con unas botas de lluvia, ambas pertenecientes al pie izquierdo.

Ese inservible par de botas se convierte en la única pertenencia del antiguo médico, que lo ha perdido todo, tiene que mudarse a una caravana y, además, debe lidiar con el rumor que se ha extendido por el archipiélago de que él mismo ha provocado el fuego y con el interrogatorio policial por ese motivo.

Todos estos acontecimientos, sumados a la misteriosa visita de su hija, Louise, conducen a Welin a un profundo desconcierto y hacen que tome conciencia de la cercanía de la vejez y de la muerte, y de la necesidad de saldar sus deudas.

Solo conocer a una periodista que investiga el incendio hará que se despierten en él nuevos sentimientos que le empujen a recuperar las ganas de vivir la vida y compartir los buenos momentos con los amigos.

Considerado un icono de la literatura contemporánea de su país, Henning Mankell creía que su posición no solo le permitía sino que le obligaba a denunciar lo que no estaba bien y destacaba por su compromiso con el feminismo, la preservación del medio ambiente y la lucha contra las desigualdades, entre otras causas.

"Hace de mí una mejor persona, un mejor escritor y un mejor europeo. Allí aprendí cómo vive la mayoría de personas en este mundo", decía el novelista sueco sobre el continente africano.

Prueba de su compromiso fue su adhesión en 2010 a la Flotilla de la Libertad que trataba de llevar ayuda humanitaria a Gaza.

En relación con esta experiencia, explicó que finalmente le entristeció darse cuenta de que era el único escritor que formaba parte de la flotilla y aseguró que colaborar en causas solidarias era el "principal papel" que le correspondía como intelectual.

Aunque su principal arma eran sus obras porque, decía, "a pesar de que un libro no cambia el mundo, no podemos cambiar el mundo sin cultura".