Algo bueno tenía que emerger en el núcleo central de una escenografía apabullante. Esa sensación dominaba las mentes de los más de doce mil espectadores que anoche se dieron una vuelta por el estadio olímpico Antonio Domínguez de Los Cristianos para degustar la parada tinerfeña de "One World Tour 2016" antes de que explotara todo. Una batalla de luz y sonido que supo a poco. Lógico. Cuando se está a gusto, siempre cuesta más volver a casa.

Ricky Martin estuvo camaleónico en su vis a vis con un público que lo adora. Elegante a la hora de decidir su vestuario, blindado por una banda de altura, provocador en medio de un cuerpo de baile que retorció sus músculos en una noche calurosa... Sí. Hubo guiño del artista a una audiencia a la que juró amor eterno. "This is Good" fue una auténtica declaración de intenciones. La tarjeta de presentación de una actuación que se alargó durante una hora y media.

El calambrazo que sintieron los asistentes en cuanto sonó "Drop it on me Shake your bom bom" fue pura "Adrenalina". El subidón que alcanzó su punto de ebullición con "Livin''La Vida Loca". El boricua tiró de catálogo para contentar a una clientela, que no puso en duda su trono como rey del pop latino. Pero Ricky Martin también mostró su vena más romántica con "Tal vez", "Disparo al corazón" o "Tu recuerdo".

Pero la noche no podía acabar envuelta en sonidos sensibleros. Con "She Bangs" y "Come With Me" apareció el intérprete más eléctrico, un dominador de los escenarios que se preparó a conciencia para dar "La Mordidita" final. ¡¡¡Soberbio!!!