La Fundación Negrín expone desde ayer los mapas y croquis que utilizó el Estado Mayor de la República durante la "batalla de las batallas" de la Guerra Civil, la del Ebro, unos documentos inéditos vienen a completar el relato de un acontecimiento que cambió la historia de España.

Los partes de guerra suelen mentir, porque no pueden escapar a la censura ni a la propaganda, pero los mapas, difícilmente, y los militares, menos aún. Esa es una de las máximas que ha llevado a la fundación que custodia el archivo personal del último presidente del Gobierno de la II República a mostrar al público la que considera una de sus "joyas de la corona", los mapas de la Batalla del Ebro.

La exposición ofrece por tres meses la oportunidad -que podría ser la última, porque por razones de conservación los mapas se van a digitalizar y seguramente no volverán a exhibirse- de asomarse a la que pudiera haber sido la mesa de operaciones en la que Juan Negrín (Las Palmas, 1892-París, 1956), el general Vicente Rojo y sus más altos oficiales siguieron el curso de la batalla más larga, multitudinaria y cruenta de la contienda.

La muestra permite observar los croquis manuscritos que el Ejército de la República manejaba cada día sobre las posiciones de los dos bandos a ambos lados del Ebro, acompañados por los partes mecanografiados y manuscritos.