Hay razones genéticas de peso que avalan la utilidad del proyecto "Entre versos y Marsillach", cuestiones que van más allá de la legendaria figura de su padre y que afectan a un colectivo social al que muchas veces se compara con los más pequeños de la casa. Ese "son como niños" que en ocasiones se filtra en conversaciones entre mayores para honrar a la tercera edad cobrará una dimensión gigantesca este jueves en el teatro Leal de La Laguna. Blanca Marsillach y Mónica Buiza son las codirectoras de una aventura artístico-vitalista impulsada por la Obra Social de la Caixa que está recorriendo diez ciudades españolas. Aguere es la cuarta parada de una caravana de ilusiones que ya ha pasado por Barcelona, Murcia y Valencia. "Queremos que nuestros mayores sientan el rock and roll; la emoción de ser una estrella del teatro durante un día", puntualiza la hija de Adolfo Marsillach.

"Entrar a un camerino, maquillarse, peinarse, salir al escenario... Son vivencias tan fuertes que vale la pena estar cerca de ellos para sentirlas", exalta una de las responsables de una escenificación que en el caso de la Ciudad de los Adelantados reunirá a 11 actores en la tarima del Leal. "Ya nos han avisado de que en Tenerife hay buen nivel; que hay mucho teatrero y que nos van a sorprender", elogia Blanca antes de establecer una conexión histórica con el guion que encabezaron Adolfo Marsillach, Amparo Rivelles y María Jesús Valdés hace dos décadas y media. "Esto es un subidón... Ver a estas personas interactuando con él me genera una sensación difícil de explicar, pero, a su vez, todo esto me permite reencontrarme con mi padre, con el hombre, con el actor, con el recuerdo...", enumera al evocar la brillante y larga trayectoria del director, dramaturgo y escritor barcelonés.

"Estas personas han crecido con estos textos", remarca Blanca sobre el homenaje que "Entre versos y Marsillach" hace al Siglo de Oro español. "No solo conocen muchas obras literarias de este periodo, sino que en la mayoría de las ciudades nos encontramos con personas que tienen alguna que otra experiencia en grupos de teatros aficionados o que incluso escriben sus historias", desvela una profesional del teatro que aporta una idea clave en esta iniciativa: "Hacemos esto con la idea de sumar vida a los años y no tanto años a la vida, pero al final lo que queda es la experiencia de haber participado en una actividad que no solo tiene un valioso componente cultural -Blanca asegura que su padre estaría orgulloso por muchos motivos; por la fuerza que tiene este teatro, por la gente que lo representa, por ver que su legado continúa vivo...-, sino que es bueno para mejorar la coordinación de los actores y estimula otras actividades cognitivas como puede ser la memoria", concluye.

Entrevista Blanca Marsillac, actriz, en El Día por Delante (Pepe Moreno)