Luciano Castillo, director de Cinemateca de Cuba, participó en el Festival Insularia-Islas en Red, que se clausuró el pasado domingo en Santa Úrsula con su país como isla invitada, motivo por el que se proyectaron más de medio centenar de películas producidas por el Instituto de Cine Cubano entre los años 50 y los 80. Fue miembro de uno de los jurados del certamen y protagonista de un coloquio junto a la directora de Filmoteca Canaria, María Calimano.

¿Qué opina de Insularia?

Es una iniciativa que hay que apoyar por su originalidad y por esa pretensión de unir las islas en una red a través de este arte de unión que es el cine.

¿Ha surgido alguna colaboración con Filmoteca Canaria?

He tenido varios encuentros con María Calimano y hemos hablado de la posibilidad de hacer una muestra de cine canario en La Habana y una de cine cubano acá. Hemos intercambiado publicaciones y creo que hay intención de estrechar los contactos entre estas dos instituciones análogas.

¿Cuál ha sido el nivel de las películas presentadas en Insularia?

El nivel en general ha sido muy alto. Pienso que el público ha quedado satisfecho porque, a diferencia de otros festivales en los que a veces hay mucho desnivel entre una película y otra, aquí hay un nivel bastante parejo. Incluso la película hispano-argentina que abrió la muestra, "La isla del viento", nos sorprendió gratamente a todos por su elevado nivel cualitativo. Creo que la selección ha sido muy bien pensada, con mucha diversidad temática y crítica.

¿Qué características definen el cine de su país que se ha exhibido en este festival?

Son del periodo fundacional del nuevo cine cubano. Ha sido una amplísima selección, posiblemente la más amplia que se haya exhibido aquí en España de la producción de esas tres décadas del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos (ICAIC) a partir de su creación en 1959 hasta los años 80. Es una muestra representativa de los títulos más descollantes de la ficción y el documental. Queda pendiente para próximas ediciones la animación y dedicarle tiempo a las décadas posteriores, la de los 90 y lo que va del siglo XXI.

¿Y su contenido temático?

Es un cine marcado por la búsqueda de todos los puntos de vista, sobre todo formales, de contenidos que abordan tanto la realidad histórica como determinados pasajes. Ir hacia la historia en busca de una inflexión sobre el presente. Un tema muy recurrente en el cine cubano es la presencia de la mujer como eje para reflejar las contradicciones de la sociedad.

¿Cómo es el cine cubano actual?

Goza de buena salud, aunque nuestra producción no es muy elevada. Entre lo que emiten los organismos del Estado y las productoras independientes que van surgiendo hay una gran diversidad en el cine cubano contemporáneo realizado por cineastas consagrados y otras nuevas voces que han surgido en la Escuela Nacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños.

¿Cuál fue su época dorada?

Coincide con la década de los años 60, tan prodigiosa en tantos aspectos que aportó en 1968 clásicos como "Memorias del subdesarrollo", de Tomás Gutiérrez Alea, y "Lucía", de Humberto Solás. Fue la década que puso a Cuba en el ámbito internacional cinematográficamente, aunque se necesitó una mayor distribución que se logró en los años 90, cuando predominaron las coproducciones internacionales, sobre todo a partir del éxito de "Fresa y chocolate" (1993).

¿De qué forma han incidido las nuevas tecnologías?

Con las nuevas tecnologías, me refiero al rodaje digital, el cine cubano tiene todas las posibilidades de integrarse al cine contemporáneo, por eso ha conseguido muchos premios en festivales internacionales. El universo digital marcó una revolución total en las formas de producción y, por supuesto, estamos viviendo una nueva época en el cine desde todos los puntos de vista.

¿Existe censura actualmente en las producciones de su país?

En todos los países existe censura de una forma u otra, pero en este momento no hay ninguna película censurada. Todas las películas se han exhibido. Sobre todo sorprende que una película producida por el Estado puede atacar o reflejar determinados aspectos del propio Estado, pero pienso que el cine cubano está siendo muy lúcido y profundo en el análisis crítico de determinados aspectos de la realidad. Lo cual no implica censura, aunque la ha habido en algunos momentos.

¿Ha influido en el cine la "apertura" que dicen vive su nación?

Ha habido un rodaje en La Habana de "Rápido y furioso 8", pero hasta ahora no. Sí hay posibilidades de colaboraciones más sólidas que venían dándose desde antes del restablecimiento de las relaciones. Por ejemplo, el interés de la Academia de Hollywood en colaborar en la restauración de negativos de clásicos del cine cubano y también del departamento de cine de la Universidad de Los Ángeles. Ahora tiene más posibilidades de concreción.

¿Qué asuntos dominan las producciones de Cuba?

En el cine cubano se ha ido abordando una temática muy contemporánea tratando de ser lo más universal posible. Pienso que es un cine que incide al abordar estos temas en espectadores de todo el mundo. Hay una película muy reciente, "Santa y Andrés", de Carlos Lechuga, que se estrenó en Toronto y en San Sebastián, que aborda un periodo muy específico de la historia de Cuba, 1959. Pensé que estaría limitada la comunicación al espectador cubano y fue todo lo contrario. El tema universal del conflicto que plantea hace que el público de cualquier latitud se impresione.

¿Conoce el cine canario?

Conozco "Guarapo" y "Mambí", de los hermanos Ríos. Pese a esta cercanía que tenemos en tantos aspectos, el cine de Canarias no es muy conocido allá. Por eso queremos hacer una muestra.