Tras arrasar entre los lectores con más que 15 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, "La chica del tren" ha dado el salto al cine con una Emily Blunt que lleva con soltura todo el peso de una historia que ya ha comenzado a seducir a los espectadores de medio mundo.

Con un presupuesto de 41 millones de euros, la película ha recaudado en sus dos primeras semanas de exhibición más de 76 millones en Estados Unidos y en países como Australia, Colombia, Sudáfrica, Portugal o Reino Unido, según datos de la web especializada Box Office Mojo.

Esta semana se estrena en España, la próxima en Alemania o Francia y en noviembre llegará a las salas de Rusia, Chile, Argentina o Japón, lo que augura buenas cifras de recaudación, aunque difícilmente superará los 1.000 millones de dólares, cifra que de momento solo han alcanzado este año "Buscando a Dory", "Capitán América: Civil War" y "Zootrópolis".

La británica Emily Blunt es con diferencia lo mejor de este "thriller" que en su salto al cine pasa a desarrollarse en las cercanías de Nueva York en lugar del Londres, donde se ubica la historia de Paula Hawkins.

Blunt demuestra una vez más su versatilidad con el papel de Rachel, una mujer que atraviesa una fuerte depresión agravada por su alcoholismo y por la obsesión por la nueva vida de su exmarido Tom (Justin Theroux), junto a su segunda esposa Anna (Rebecca Fergusson), cuya casa ve cada día desde el tren que la lleva al trabajo.

Este argumento hizo del libro de Hawkins un superventas a nivel mundial. En su primera semana en las librerías en Estados Unidos alcanzó el número 1 de la lista de "best sellers" del New York Times, en la que permaneció 42 semanas seguidas, la mitad de ellas en el primer puesto.

Más de 15 millones de ejemplares vendidos desde febrero de 2015 -de los que un millón fueron de su edición en español-, hicieron de "La chica del tren" uno de los libros más populares del año pasado, por lo que la expectación por su adaptación al cine era enorme.

El rodaje comenzó en noviembre de 2015 y se encargó la dirección del film a Tate Taylor ("Criadas y señoras") y el guion a Erin Cressida Wilson ("Secretary").

Pero los buenos trabajos previos de ambos no se han repetido en "La chica del tren", en la que solo destaca el excelente trabajo de Emily Blunt, muy por encima de sus compañeros de reparto.

Entre ellos está Haley Bennett -una de las actrices de moda del momento tras su participación en "Los siete magníficos"-, Luke Evans o el venezolano Edgar Ramírez en el papel de un psiquiatra de nombre árabe pero que grita en español cuando se enfada.

Una película que ha buscado una absoluta fidelidad al texto original y en la que vale la pena la excelente ambientación en unos escenarios de tren de cercanías familiares para muchos de los habitantes de las grandes ciudades y el trabajo de una actriz que vuelve a demostrar que merece mejores papeles.

Tras darse a conocer como la mala de "El diablo viste de Prada", Blunt ha alternado papeles en grandes películas de Hollywood como "La guerra de Charlie Wilson" con pequeñas producciones como "Sunshine Cleaning".

Y ha navegado con solvencia en géneros tan diferentes como el histórico de "La reina Victoria", la acción de "Destino oculto", la comedia romántica de "La pesca del salmón en Yemen" o "Eternamente comprometidos", o el "thriller" de "Sicario".

Por el momentos se conforma con seis nominaciones a los Globos de Oro -con un galardón por su trabajo en la miniserie "Gideon''s Daughter"-, y no parece buscar el Óscar con el ansia de otras actrices de su generación.

Prefiere prestar su voz a títulos de animación como "Animal Crackers" o "My Little Pony" o aceptar el desafío de reemplazar a Julie Andrews como Mary Poppins en el regreso de este personaje al cine.