Romper con dos décadas de ensayos, viajes, conciertos y un montón de recuerdos no debe ser fácil. Quizás, ese fue el punto de maduración que hay que otorgarle a la escenificación que realizó en la tarde de ayer la banda de rock metal lagunera Esclavitud para anunciar un cambio de cantante. Si nos apoyamos en la frialdad de un instante futbolero que se repite hasta la saciedad cada fin de semana habría que recurrir al tópico: entra Marc Quee y sale Adrián. Hay detalles que marcan la historia de un proyecto, pequeñas curiosidades que hay que buscar en sus cimientos para entender de dónde venimos y adónde vamos. Adrián había cabalgado junto a Alexis Guerra y Mauro Martín desde el principio. Los tres y Fonsi son el germen del cuarteto de sonidos gruesos que mayor recorrido ha tenido en Canarias en los últimos 20 años. ¡Marc Quee desembarca en Esclavitud!

Nadie puede negar al cien por cien que las relaciones no se vicien con el paso del tiempo. No es el caso. La salida de Adrián ha sido pacífica. Al menos esa es la sensación que nos transmite un conjunto que agradece los servicios prestados. Esta no es la primera vez que Esclavitud hace reformas: hace 13 años, más o menos, Ramón Cebrián agarró el bajo en sustitución de Fonsi. ¿Y quién es Marc Quee? El nuevo solista reside en la Isla hace dos décadas y media. De raíces argentinas, ha desarrollado papeles estelares en los musicales "History" y "Rockstory", dos atracciones culturales que se instalaron en la vertiente más turística de Tenerife. En su biografía musical también aparece una alineación en la banda francesa Attentat Rock.

Marc Quee será la voz que domine el nuevo disco -la instrumentación ya está montada- de Esclavitud. Un álbum que tomará el testigo de "Involución" (2007) y "Condenados al paraíso" (2011). Reforzar el sonido contundente con el acento british y "dar un meneo" a la fórmula Esclavitud, sin que esta pierda su esencia, son los argumentos que manejan Alexis, Mauro y Ramón para regenerar a un cuarteto que no ha buscando un clon de Adrián, sino una oportunidad para afianzar su presencia en el mercado británico. Esta alianza que acaban de "firmar" con la lengua materna de William Shakespeare supone la primera revolución de gran tonelaje en la estructura de una formación que no renuncia al rock más pesado.