Habla delineando las palabras y hasta pareciera colorearlas. Con esa paciencia sabia que procura la madurez va dibujando a trazos un microcosmos del que afloran sensatez, compromiso, ternura, magia, secretos, talento... y melancolía. Va vestido como la tierra y resulta, en apariencia, más discreto que sus personajes.

El historietista y animador Miguelanxo Prado (La Coruña, 1958) estuvo días pasados en Tenerife, invitado a participar en "Noviembre, mes del vino", donde aprovechó para poner la mirada en la Isla, impregnarse de las gentes y la luz, y firmar ejemplares de su último trabajo "Presas fáciles".

Sobre aquel proyecto reconoce que, inicialmente, pensó en un clásico policiaco, con asesinatos, investigaciones... pero cuando decidió que el tema que iba a tocar estaría relacionado con la estafa de las preferentes y el drama de los desahucios admite que vivió "dos años de cabreo continuo".

De unos meses a esta parte anda "aligerado", metido en otra historia que había "aparcado" y de la que surgen elementos fantásticos y mágicos de la tradición gallega, como mouras, bruxos, trasgos, meigas... "En esa clave de aventuras nunca consigo apartarme mucho de ciertas obsesiones", dice, y mientras narra y pinta le propone al lector "una cierta reflexión", en este caso la conceptualización del bien y del mal, el hecho de cómo nos valemos los humanos de esas categorías, alterándolas en nuestro beneficio y provecho. "Lo que planteo es un juego un tanto filosófico, de enfrentamiento entre los humanos y esos seres fantásticos que ponen en cuestión tal dicotomía", que nos interrogan, en definitiva.

Lo cierto es que basta asomarse a su perfil creativo para caer en la cuenta de tan prolijo abanico de registros. "Creo que es más una especie de solución a un problema que otra cosa. Cuando descubrí el cómic, que fue relativamente tarde, con 20 años de edad, encontré un medio que me permitía aunar mis dos pasiones: la escritura, contar historias, con la de pintar y dibujar, y también entendí que se trataba de un lenguaje tan maduro que me permitía abordar cualquier tema de mi interés".

Lo que espera Miquelanxo Prado es que la gente entienda que se compare con Stanley Kubrick (salvando las distancias), un referente para él por lo que representa un tipo capaz de hacer "La naranja mecánica", "2001: una odisea en el espacio", "La chaqueta metálica"... Y es que "había veces en las que me apetecía reírme, evadirme y tomarme las cosas a broma y proponerle al lector, desde un punto de vista irónico, una visión sarcástica de nuestro propio mundo, mientras en otros momentos adoptaba un carácter más serio", desde un ángulo y una perspectiva más intimista.

A nivel de dibujo, "uno de los problemas que tengo es que me aburro de mí mismo", confiesa sin difuminar la respuesta, y admite que en ocasiones no le resulta excitante ponerse delante de la mesa de trabajo. "Necesito un cierto cambio y además intento", como Kubrick, "modificar el registro estético y visual para adaptarlo a la historia que quiero contar. Eso me lleva a estilos diferentes".

Pero en el fondo late un fuerte sentimiento de humanidad . "Ese es el principal leit motiv que me llevó a contar historias", manifiesta En su caso disfruta con lo que entiende "obras de evasión" y cuando se cuestiona por los motivos que lo conducen a pasarse horas y horas, días, meses, años creando historias, concluye que no es otra que "entenderme a mí mismo y a mis compañeros de especie, a los prójimos".

Este artista se siente fascinado por los personajes femeninos, por su diferente concepción del mundo. Y habla de "ese punto magnífico de imposibilidad, de preverlo todo y de sorpresa ante una reacción, una frase, una explicación...". Esta reflexión la hace extensiva a personas que vienen de espacios ideológicos y culturas diferentes y que concluyen en "entender, cada vez más, las emociones y los sentimientos. En eso creo que sí ha habido una evolución evidente en mi obra. Cada vez me convenzo más de que me interesa ese espacio. Las emociones nos impulsan, para lo bueno y lo malo.

A punto de cumplirme la vigésima edición del Salón del Cómic Viñetas desde o Atlántico, su "alma mater", reconoce las complicaciones "porque esta iniciativa la asume enteramente el Ayuntamiento de A Coruña, es gratuita y ha sufrido los recortes", pero como contrapeso actúan el apoyo de los medios , la implantación en la ciudad, en Galicia, el territorio nacional e incluso Portugal. No obstante, el relato de su supervivencia tiene mucho de milagroso, "y eso los canarios lo conocen muy bien, la condición de periféricos siempre conlleva una dificultad añadida". No en vano, poner en marcha una propuesta de este tipo, alejada de ámbitos centrales como los de Madrid o Barcelona representa una aventura la mayoría de las veces abocada al fracaso.

Como en sus historietas, también aquí urgen protagonistas centrales. Y se refiere a "los únicos políticos que recuerdo hayan hecho manifestación abierta de su interés por el cómic: el alcalde de A Coruña, Paco Vázquez, al que conocí como fan en Barcelona, básico por su incondicional apoyo, y al ministro canario López Aguilar", al que recuerda lanzando aquella frase de "mi patria es el cómic. Me dejó marcado".

La viñeta final está coloreada de "satisfacción y orgullo". Miguelanxo Prado agradece que buen número de autores y autoras salga de este Salón de A Coruña, y que creadores gallegos estén reconocidos tiene algo que ver con trazo, historia y emoción.

Premio Nacional 2013

Miguelanxo Prado ha publicado en las principales revistas nacionales, ha trabajado en animación para televisión y diseñado personajes para la serie "Men in black", producida por Spielberg. Dirigió un largometraje de animación "De profundis" (2006). Es director del Salón del Cómic Viñetas desde el Atlántico y colaborar con Neil Gaiman en "The Sandman". Obras: "Fragmentos de la enciclopedia délfica", "Stratos", "Manuel Montano el manantial de la noche", "Tangencias", "Crónicas incongruentes", "Quatidionía delirante", "Trazo de tiza", "Bello Horizonte", "La mansión de los Pampín", "Papeles dispersos", "Ardalén" y "Presas Fáciles". Premio Nacional de Cómic 2013 ("Ardalén") y Gran Premio del Salón de Barcelona.

Un mito hasta en Japón

La relación con la editorial japonesa Kodansha fue "intensa y bonita". Cuando desembarcaron en Europa le resultó difíciil entender sus planteamientos editoriales. "Querían introducir en Japón autores europeos". En su caso publicaron historias de "Crónicas incongruentes" y de "Montano" en "Wombat", una revista de sello elitista con temas de diseño, fotografía, literatura, cómic... "Dos años después nos cruzamos y de manera ceremoniosa me comentaron que iban a cerrar la revista porque no daban los números. Llevamos seis meses en los que no vendemos ¡más de cien mil ejemplares..!".

El vino, "mi bebida social"

"El vino es mi bebida social", admite este creador, que no conocía La Laguna, "una joya", ni tampoco los vinos de la D.O. Tacoronte-Acentejo, que califica con "personalidad". En el caso de que tuviera que dibujar unas viñetas inspirándose en un sorbo de Marba Tinto Tradicional, los trazos serían "elegantes, de colores cálidos, con referencias a otoños e imágenes de nostalgia".

La mar, ineludible

La mar es recurrente, una presencia ineludible. "Los gallegos emigramos hacia fuera, nunca hacia adentro", dice. "En concreto, los coruñeses, habitamos una península con una lengua de tierra imposible por su estrechez, con lo cual la sensación es casi de insularidad".