El tiempo está un poco más frío, las noches llegan antes y la lluvia ha empezado a asomarse. Es el momento de que los hogares sean nuestros refugios. Se puede pensar que la sala, el comedor, la cocina o cualquier otro espacio debe estar acondicionado para recibir a quien nos visite pero ¿qué pasa con los lugares más íntimos? ¿Los dormitorios acogerán algo más que nuestros sueños?.

Si te pones a observar el tuyo, seguramente pensarás que no está mal, pero ¿te atreves a sacarle el máximo partido?. La cama, como protagonista de la estancia, puede jugar con diferentes elementos. El abanico de posibilidades que da el cabecero es súper amplio.

Entre las sugerencias: muchos marcos de diferentes tamaños y formas, con imágenes de las que te ayudan a volar hasta momentos irrepetibles. Un suave visillo blanco -de tul de seda, a ser posible- que velará pequeñas bombillitas de algún tono cálido. Empapelar solo el paño que está a la cabeza con: rayas en beige y blanco, motivos vegetales donde se cuelan hojas, flores y aves, incluso con brocados, lleva siendo la mejor opción desde hace algunos años. Empiezan a entrar en desuso los cabeceros tradicionales de madera tallada o de hierro forjado aunque si son antiguos pueden tener mucho valor. Sin embargo las tablas de madera toscas con algún motivo pintado a mano son la máxima tendencia. Queriendo presentar un aspecto más confortable los tapizados con capitoné, son un clásico que se mantiene, además permite vestirse con multitud de texturas y tonalidades. Si pretendes una línea más moderna las formas abstractas en módulos o bastidores, se adaptarán perfectamente. Quienes buscan el romanticismo las mosquiteras causan furor y los doseles lograrán un aire muy acogedor.

Si vestimos la cabeza de la cama, los píes aceptan un banco, un baúl o unos cestos que sirvan de almacenaje. Los laterales también juegan un papel importante. Las mesitas de noche, más de allá de soportar libros, lámparas y algún que otro objeto, tienen un importante papel decorativo. Hoy puede hacer esa función prácticamente cualquier objeto: una silla "vieja" que no es lo mismo que antigua, un cubo de metacrilato que tiene una luz sutil en su interior, una pequeña banqueta tratada con alguna de las técnicas de pintura decorativas más novedosas, incluso un grupo de revistas antiguas sobre las que descansa un grueso cristal. Sin embargo si lo que pretendes es ser práctico opta por aquellas que tienen algún cajón, y si te lo permite abusa de un tirador que sea llamativo, tal vez de cerámica esmaltada o de asta.

La lencería de cama juega un papel importante. Si aún conservas las sábanas antiguas de aquellos algodones que ya no se fabrican cuídalas y sácalas en ocasiones especiales. Aunque las iniciales que lleven bordadas sean las de un antepasado y no coincidan con las tuyas, no dudes en hacer uso de ellas. Cada vez son más las personas que optan por las fundas nórdicas en lugar de hacer uso de las sábanas tradicionales, ribeteadas con encaje de bolillo casi haciendo un volante son una delicia. A la hora de terminar de vestir las camas, los almohadones son muy coquetos, siempre y cuando casen con la colcha. Las mantas han ido cogiendo protagonismo, pon una a los pies de la cama, de esas que son tan apetecibles que desearás abrazarte a ella. Si optas por una estampada con motivos geométricos o vegetales procura que el edredón sea liso y en colores pastel, por el contrario si pretendes que sea sobria puedes jugar con los dibujos en fundas y almohadas. No olvides que en el espacio de descanso es necesario crear un ambiente sosegado, la sencillez y la armonía son los mejores amigos.

La iluminación es uno de los factores más importantes en cualquier decoración. En los dormitorios debes ser aún más cuidadoso. Los focos no tienen cabida en este espacio, opta por la luz indirecta y de color amarillento, te llevará al descanso absoluto. Si tienes grandes ventanales o balcones abusa de la claridad que te regalan, ya te ocuparás de poner cortinas para conseguir la oscuridad. A la hora de cubrir los vanos; los chales o caídas laterales harán que el espacio quede bien recogido, que luzca ordenado y apetecible, sin embargo los estores dan un aspecto más actual y funcional. Los visillos permiten que se cuelen los rayos de sol o que puedas disfrutar de una tormenta, consiguiendo además que tengas toda la intimidad.

El ambiente envolvente que crea hará que se preste a ser la estancia preferida. Disfrutando de un tocador con un importante espejo será también el aliado de la coquetería. Si tienes opción haz un rincón para la lectura, donde una butaca cómoda, una pequeña mesita de apoyo y un flexo de diseño te acompañen a evadirte entre las páginas que escojas.

Estando en el lugar de ensueño parece que aún puedes ir más allá. Tal vez abriendo un arco aquí y colocando una barra allí, puedes tener próximo al dormitorio un fabuloso vestidor casi a modo de pasillo que conecta con un confortable baño, similar al de Carrie Bradshaw en su apartamento del número 66 de la calle Perry de Nueva York.

Tú sigue imaginando, y como diría Oscar Wilde: "Ten cuidado con lo que deseas, se puede convertir en realidad". ¡Toca renovar la imagen del dormitorio!