Virtuoso es un adjetivo que define a la perfección al músico, compositor y productor tinerfeño Juanjo Jordanes (Santa Cruz de Tenerife, 1964), uno de los máximos exponentes de la música electrónica que presentó en el último Festival Keroxen, celebrado en el espacio cultural El Tanque de la capital, su nuevo disco, "Brokn", publicado por El Hombre Bala Récords.

La sensibilidad de este intérprete, que toca el piano, la guitarra, la trompeta, el violín, la viola, el contrabajo y los teclados, entre otros instrumentos, lo ha inclinado a practicar géneros como la música clásica, el rock y el jazz hasta decantarse en las últimas décadas por la música electrónica.

Su nuevo disco es una recopilación de diez temas de corte electrónico con aires de pop, free jazz, improvisación y ruidismo, con cuarenta y cuatro minutos de duración, en el que están presentes todos los estilos que han corrido por sus venas y permanecen incólumes en su memoria musical a pesar de querer salirse de ellos.

"Es un disco bastante homogéneo que no sé muy bien cómo definirlo, pero que tiene influencias de otros estilos. Nunca he sabido etiquetarme. A mí me gusta la música clásica, la música baile, la electrónica, el ruidismo, todo lo que es llevar hasta el extremo el sonido de un instrumento, toda esa confluencia de estilos. Creo que está en el rango de la música electrónica genérica, tampoco excesivamente experimental".

Este inquieto músico, que considera el ordenador como una herramienta imprescindible en la música contemporánea con el que se puede crecer y aprender, confesó que "intento transmitir estados de ánimos, tensión. Me gusta que la música tenga un cierto punto de tensión que se puede generar de muchas formas, de un acorde, de un sonido específico... No tengo un discurso textual que contar, pero si expresar situaciones de ánimos más que una letra o un tipo de composición. Una armonía es más bien una textura, un estado de ánimo".

Jorganes utiliza para armar sus composiciones musicales texturas de instrumentos acústicos que lleva al extremo tras un proceso digital, pero solo como timbres. También echa mano de frases que corta y afina como si fuera un collage de sílabas a cada una de las cuales da un tono como un sonido más, sin un significado textual.

La improvisación también juega un papel fundamental en la concepción de los ritmos que enarbolan sus producciones. "Está presente desde el nacimiento de un sonido hasta la forma de estructurar un tema, porque la improvisación no tiene reglas ni armonías, ni ritmos, es como un sonido natural".

Este destacado intérprete comenzó sus estudios musicales de piano y armonía en el Conservatorio Superior de Música de Santa Cruz, que abandonó en la adolescencia para tocar la guitarra en diferentes grupos de rock de la isla en los años 80, como Skalectrix, Moral Femenina, África Gráfica o Venus en Surf, entre otros. A finales de los años 90 se interesó por la música electrónica y la trompeta.

"Siempre ha sido una evolución natural. Estudié clásico de niño, en la adolescencia empecé a tocar rock porque era ley de vida y la formación clásica no era motivante. Después continué con el jazz y la trompeta como alternativa para seguir explorando y creciendo. El jazz me llevó al ruidismo, la experimentación y la improvisación y eso me condujo a la electrónica y también el contacto con músicos locales, de los que siempre aprendes. La electrónica es el camino final de un momento hasta que surja otro".

Autor: Juanjo Jordanes.

Título: ""Brokn".

Editorial: FEl Hombre Bala Récords.

Páginas: 10