Se siente un hombre nómada, integrante de esa tipología humana que transita por países y mundos, de igual forma que entre la noche y el día.

Pedro Javier Castañeda García (El Paso, 1960), doctor en Psicología, presenta mañana, jueves, a las 20:00 horas en el Ateneo de La Laguna, su último poemario, de nombre "Suturas en alba fénix", acompañado por las voces de Cecilia Domínguez Luis, premio Canarias de Literatura 2015, y Domingo-Luis Hernández Álvarez, director de La Página Ediciones.

Y mediante conversación telefónica, pactada casi de la noche al día, el poeta sostiene casi a manera de prólogo que esta obra recoge los ecos de momentos históricos de estos tres últimos años. Y se refiere a "esa sacudida emocional" padecida en tiempos de crisis económica, también existencial, donde acaso la herida reaparece como parte del imperativo trágico y el creador, asumiendo su papel de intermediador, recurre a la sutura. De ahí que, más allá de regodeos, se afilia con el renacer del día, con el impulso del alba, para seguir afrontando los mil porvenires.

Acaso subyace la teoría de la herida trágica como origen de la creatividad, formulada entre otros por Creuzer, Nietzsche, Heidegger, Jung o Durand.

Lo cierto es que el propio escritor manifiesta que, pese a esa libertad aparente del acto creativo, siempre permanece en suspenso la pregunta de si la poesía puede considerarse independiente de la realidad, del mundo que nos rodea. "Mi opinión es que sí y que no, dependiendo de la interpretación del lector". Y es que desde su condición de autor, Pedro Javier Castañeda considera que esa libertad no se da de una manera plena. "La poesía suele ser una misteriosa contradicción, como uno de esos coladores manuales que te permiten retener lo pequeño y lo grande a la vez".

La herida, por tanto, reaparece como parte del imperativo trágico, de la inevitable inadecuación del ser humano. "En esa relación con el mundo exterior, siempre estamos suturando, mediando entre dos partes separadas", señala.

Ahora, después de que los versos se han trasladado al papel y al asomarse como lector a las páginas del que fue su poemario, ya entregado a los lectores, advierte la clara presencia de esos lugares donde suceden las historias, escenarios sobre los que dice Pedro Javier Castañeda mantienen como rasgo en común el hecho de que se trata de espacios urbanos y semiurbanos verdes.

De una parte, "algunos de los personajes protagonistas se enfrentan a realidades peligrosas", como el caso de la parte denominada "Animalogía en mordida zen", donde monjes budistas conviven abiertamente con fieras salvajes.

En otros, como "Hasta el alba en sutura", la protagonista "decide apagar todos los focos distractores de luces y pantallas para poder localizar mejor sus propias dolencias e intentar sanarlas", al encuentro con un sabio anciano.

"Y quizás el poemario tenga que ver con esto", subraya el autor, al referirse a quienes eligen un día "el alba fénix" para dar "un paso definitivo en sus vidas".

En la parte titulada "Antes de anochecida" palpita la paz interior que procura el arte clásico, la armonía y el equilibrio, que "nuestro cerebro requiere tanto como las necesidades primarias". Por eso, un grupo de personas se reúne en un pic nic para recitar versos a sus esculturas favoritas en el parque romano de la Villa Borghese.

También figuran "El sueño vive compartido", donde aparece la huella inspiradora y reparadora de inmortales como Karl Marx, Anna Mahler y Dickens padre o "El passegio de don C.", relato del último viaje secreto del rey Carlos III a los jardines de Caserta.

Para el editor Domingo-Luis, es "Suturas en alba fénix" el territorio sin fronteras físicas ni urbanas, una tierra por la que transitar sin vallas, ni nacionalidades. Y la experiencia resulta brillante, un excepcional trabajo en el que lo sucinto y lo distinguido se entrelazan y se expanden.

Pedro Javier Castañeda García ha publicado "Las orillas del verbo" (2001); "En cardinal" (2005); "CardioRazones urbanas" (2013) y algunos poemas inéditos en la revista portuguesa NEO.

Pedro Javier Castañeda García

poeta