El olor a castañas invade la ciudad. El alumbrado va de farola a farola, aunque sin estar aún encendido. Los adornos: dorados, rojos y plateados están presentes aunque los fucsias, turquesas y limas se empiezan a colar por algunas esquinas. Parece que las campanas se escuchan de lejos. Todo apunta que estamos cerca de las fiestas navideñas.

Con el ambientillo muchos empiezan a idear cómo decorar las casas, cómo harán el árbol el próximo puente de diciembre y cómo ser el más original a la hora de poner la mesa. Con imaginación, un poco de interés y algunas pautas, la Navidad del 2016 va a ser aún más bonita. Ahora plantéate ¿qué te apetece para este año?.

Tal vez un abeto frondoso y muy alto, de esos que casi rozan con el techo. En el fondo muchas lucecitas en tonos cálidos, quizás en amarillo, sobre estas unas cintas de organza gruesa en el color del lacre con un pequeño vivo dorado -muy brillante- como si fuera del clásico espumillón. Con la base y el árbol prácticamente cubierto llegan los adornos más originales; salteamos unas bolas rojas, otras doradas, entre ellas se cuelgan unas piezas que compraste en un encantador mercadillo en Alemania. Por todo el árbol se reparten unas pinzas que soportan, en el extremo, la forma de una vela con la simulación de una llama. Desenvolviendo las figuras aparecen bolitas de nieve, ramitas escarchadas, flores de pascua para colocarlas como "pines" y algún soldadito, si están a tu alcance y no rompen la armonía del resto de los adornos no dudes en colarlos entre unos elementos y otros. Si optamos por la inspiración más tradicional en el árbol, el resto de la decoración ha de ir acorde, así que en la puerta pon una corona con las mismas formas vegetales. Con una cinta dorada haz una generosa lazada abrazando unas campanas doradas que inviten a llamar para entrar. En los marcos de las puertas importantes guirnaldas en verde solamente decoradas con los pequeños puntos de luz que regalan los rosarios de bombillitas. Sobre la mesa principal un camino de mesa de seda salvaje rojo oscuro, en medio una gran vasija con hojas de parra con purpurina en dorado que realcen la belleza de la flor de pascua natural en el tono tradicional. A los lados dos candelabros del color del oro con velas blancas.

A lo mejor volando hacia las sensaciones de siempre te das cuenta que quieres romper con todo, aprovechar el arcoiris, para que de alguna manera la protagonista sea la visión de los "peques" para bailar entre su inocencia y su ilusión. En ese caso ¿qué te parece si el centro del decorado sea una casita de galletas tipo de la de Hansel y Gretel?. Tenerla es más sencillo de lo que crees. En ciertas tiendas de pastelería creativa venden las bases de galleta así como todos los utensilios e ingredientes para darle forma y luego decorarlas con: pastillas de goma, piruletas, regaliz, y por supuesto bastones de caramelo. Una vez le des forma apuesta por ponerla en una tartera de cerámica con un paño de hilo en el fondo, si es de calado canario mucho mejor. Sobre ella una campana de cristal gigante, así será como una enorme bola de nieve. Con una figura de estas características el centro de mesa está prácticamente resuelto, sólo vistiendo el pie con algodones y luces parecerá que allí habita Papa Noel. La bienvenida a la casa la dará una gran estrella, vestida completamente con bolas de todos los tamaños y colores muy vivos: fucsias, turquesas, naranjas... El árbol estará bañado por hileras de luz, cintas de raso y gogren anchas y estrechas de muchos colores, así como todas las bolas que sea capaz de acoger, en la punta una estrella gigante en el centro pondremos las iniciales de los niños que vivan en este hogar. Al pie, en lugar de los clásicos textiles, tantos paquetes como sea posible. La sensación de festejo llegará desde que terminemos de montarlo.

La idea del color parece apetecible, sin embargo los motivos infantiles no se prestan en todos los hogares ni para todos los caracteres. Si quieres apostar por lo que es tendencia haz que tu hogar tenga un aspecto navideño sobre bases tropicales. Las hojas de "Monstera deliciosa", conocidas como la costilla de Adán, vestidas con purpurina en verde vivo serán las protagonistas sobre un abeto en el color del musgo. En lugar de optar por las bolas tradicionales haremos uso de flores como los hibiscus en rosas brillantes, donde se colarán figuras de loros y algunos pájaros exóticos. Cuando te plantees la decoración de la mesa podrías optar porque una piña grande en dorado sea la protagonista.

Entre lo más tradicional, lo más infantil y lo más novedoso, una de las sugerencias más interesantes, que se ha ido manteniendo a lo largo del tiempo, son las decoraciones en blanco. Los árboles artificiales que parecen estar nevados se visten con bombillitas en tonos claros, bolas de cristal con figuras en su interior o con mensajes. Lazos de rafia o arpillera se entremezclan con flores de algodón, animales que evocan el frío como los renos así como galletas de jengibre son de las más características de estas fiestas. Este tipo de dulce los podemos encontrar en muchos comercios especializados, pero ¿por qué no te animas a hacerlas tú mismo? no sólo les darás esa forma sino todas aquellas que puedas imaginar, además es absoluta tendencia que los adornos sean hechos por nosotros mismos.

Jugando con este estilo lo ideal es que todo tenga ese carácter rústico, así que en lugar de localizar la decoración en los puntos de siempre repáratelos por toda la casa -en estanterías, muebles, y sillas- ramitas de abeto, velitas, y piñas. Como sugerencia para la corona de bienvenida atrévete unas bases limpias donde se cuelen hojas secas como si estuvieran nevadas. Si eres de los que aprovechas las noches mágicas para colocar el zapato este año haz que las botas sean otros de los elementos decorativos, si son de agua mucho mejor, los paquetes saliendo de su caña son la máxima tendencia.