El pasado mes de octubre se celebró en la localidad de Cannes una de las mayores ferias del audiovisual del mundo, conocida como MIPCOM. No hablamos del su famoso festival de cine, sino de una gran feria de contenidos de la industria del entretenimiento a la que acuden todas las productoras y cadenas de televisión con el objetivo de vender y comprar diferentes programas y formatos, en su gran mayoría dirigidos a la televisión. Otro de los objetivos es poder observar y entender las nuevas claves y tendencias de esta industria del entretenimiento que se transforma rápidamente y cuya evolución depende en gran medida de los nuevos hábitos del espectador y, evidentemente, de sus preferencias y gustos.

Las principales productoras de este país, encabezadas por las que están asociadas a cadenas de televisión como Atresmedia, Televisión Española y Mediapro acudieron a este evento para promocionar sus series de ficción y conseguir vender sus derechos. Atresmedia presentó grandes éxitos como "Velvet", "Gran Hotel", "Mar de Plástico" y "Vis a Vis" entre otras. RTVE presentaba "La sonata del silencio", "Victor Ros", "Seis Hermanas" y "El Ministerio del tiempo". Y Mediaset apostaba por "Sé quién eres", "El príncipe" y otros títulos de éxito. Las elevadas audiencias que han obtenido estas series en España son la garantía y su tarjeta de presentación para los públicos extranjeros, aunque esto no permite afirmar que vayan a obtener el mismo resultado en otros países cuyos gustos y culturas audiovisuales son diferentes. Sí estamos en condiciones de afirmar que la ficción televisiva española goza de muy buena salud, y que muchas de estas series ya han triunfado fuera de nuestro país. Es el caso de "Pulseras Rojas", cuyos derechos fueron adquiridos por la Fox y el mismísimo Spielberg, también "El Secreto de Puente Viejo", "Aquí no hay quien viva", "Aguila Roja" o "Los Misterios de Laura" entre otras. En este sentido parece que nos movemos en tendencias unánimes y nos adaptamos a las corrientes actuales que triunfan en el panorama internacional, como son las series de época y los thrillers.

Aunque estamos hablando de contenidos y formatos de entretenimiento televisivos, sería más adecuado hablar de forma específica de series, ya que es el formato estrella y en estos momentos el que genera mayores audiencias. Lo que no importa en este caso es la pantalla de exhibición, porque a este mercado también acuden productoras asociadas a nuevas plataformas como es el caso de Netflix, que presentaba su primera serie de producción española "Las chicas del cable", o la presencia de la compañía Movistar apostando por contenido propio para su canal de pago. También cabe mencionar las productoras especializadas en los contenidos dirigidos al cable o internet (webseries), que presentan grandes opciones de futuro teniendo en cuenta los hábitos de los espectadores más jóvenes y donde ya se han generado varios proyectos específicos. Esto representa una gran oportunidad de negocio para el desarrollo audiovisual y prometen a las productoras un futuro más esperanzador gracias al compromiso de estos operadores de producir contenido propio como estrategia de negocio.

La compra y venta de estas producciones audiovisuales presenta diferentes alternativas. No siempre se adquiere la serie tal y como la vemos en nuestro país, en muchas ocasiones se adquieren los derechos y se adapta al mercado de destino. Si resulta curioso ver cómo nuestros actores están doblados a otras lenguas cuando se respeta la serie en su producción original, más curioso todavía resulta ver cómo son esos personajes en las versiones italianas, griegas, americanas... donde se respetan más o menos los guiones y la fórmula, pero se rehacen íntegramente con actores, escenarios y guiones adaptados a la realidad del país que compra esos derechos. Cuando se produce esta segunda opción, la práctica habitual es que uno de los responsables de producción españoles asesore a la productora extranjera en el trabajo de adaptación de personajes, gags, contexto... Este fue el caso de la serie "Un paso adelante", vendida a más de 35 países, en el que nuestro director y productor Jesús del Cerro fue responsable de trasladarla al escenario rumano y llevarla a cabo en este país.

Otra de las opciones de MIPCOM es conseguir llevar a cabo un proyecto a través de la coproducción. Esta es una opción que se consolida día a día teniendo en cuenta un mercado audiovisual globalizado y cada vez más libre como el que tenemos, donde internet y nuevas pantallas de exhibición nos permite ver contenidos de todos los rincones del mundo. Los expertos en contenidos destacan que la fórmula de la coproducción es el camino para afrontar proyectos globales, de gran envergadura y con mayor proyección internacional. Ya se han dado pasos en este MIPCOM2016, con apuestas como "El joven Papa", de Paolo Sorrentino, en la que Mediapro está presente junto a varias productoras internacionales, también han dado pasos Atresmedia y productoras independientes de nuestro país. La coproducción además permite crear formatos innovadores y multiculturales capaces de cruzar fronteras y romper estereotipos por origen, con historias y tramas que interesen en cualquier audiencia de destino. En este sentido España disfruta de una situación privilegiada porque puede afianzar su posición como puente entre el mercado hispanohablante y latinoamericano y el mercado europeo, tendiendo puentes y generando sinergias. Muchos de nuestros actores se ven además favorecidos por estas colaboraciones, es el caso de Javier Cámara, presente en esta serie de "El joven Papa" y en "Narcos" de Netflix, por poner un ejemplo.

Al margen de las series como fórmula, también hay que poner en valor que en estas ferias existen espacios para la innovación y apuestas para nuevas opciones. Si bien la serie de ficción es hoy uno de los formatos de mayor éxito, cabe entender que hay géneros nuevos, sobre todo híbridos, que merece la pena investigar. En estos espacios de reflexión profesional se gestan proyectos que mezclan la ficción seriada con la calidad del largometraje, el "reality", el documental, o el "domestic noir" (suspense e intriga), y que obligan a los profesionales a repensar continuamente la apuesta por contenidos innovadores.

Como conclusión destacar la buena salud de nuestros guionistas, actores, directores y productores, es decir, del sector audiovisual español, que ejerce como el mejor embajador de nuestro país ante otras culturas. Los éxitos de nuestras series también ponen en valor nuestro saber hacer profesional y creatividad fomentando el desarrollo de esta industria cultural y del entretenimiento. Son buenas noticias para un sector que tiene su motor en los contenidos televisivos y que necesita del éxito para consolidarse.

En los últimos días de noviembre se celebrará Content London, y ya en febrero del 2017, el Drama Series Day de Berlín, ambas citas muy importantes para la ficción internacional en las que esperamos que España siga con la buena acogida de sus series.